Durante los últimos años Grecia ha estado incurriendo en elevados déficit presupuestarios. Hace unos días señalábamos en este blog que el déficit público griego se disparó hasta el 13% del PIB en 2009, lo que ha llevado a la deuda pública hasta niveles del 113% del PIB.
La alarmante situación de las finanzas públicas y el desplome de su credibilidad obligaron al gobierno griego a presentar en enero de este año un ambicioso Programa de Estabilidad y Crecimiento, que persigue reducir el déficit público, en 2012, hasta niveles compatibles con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Para ello el gobierno, por el lado de los gastos, va a reducir los costes de personal del sector público, restringirá la oferta de empleo público y recortará gastos en sanidad y defensa. Por el lado de los ingresos, el gobierno intensificará la lucha contra la evasión fiscal (su economía sumergida se eleva hasta el 25% del PIB), reformará el impuesto sobre la renta, introducirá un impuesto sobre la propiedad inmobiliaria y elevará los impuestos especiales. Además, el plan contempla reformas estructurales de la seguridad social y de la administración pública, así como dotar de independencia a la oficina de estadísticas ya que syu credibilidad deja mucho que desear.
La deuda griega se concentra en la banca francesa (73.000 millones de dólares, 2,6% del PIB francés) y la alemana (38.000 millones, 1,1% del PIB alemán), que son precisamente los estados que están promoviendo el plan de asistencia financiera. Los países con más deuda griega en términos de PIB son precisamente algunos de los que atraviesan mayores dificultades financieras: Portugal, con un 3,9%, e Irlanda, con un 3,8%. La exposición de los bancos españoles es insignificante: apenas supera los 1.000 millones de dólares (0,1% del PIB español).
Cualquier plan de ayuda financiera a Grecia debería, al menos, cubrir las necesidades de financiación de este año. Las necesidades de endeudamiento público que deberá hacer frente Grecia en 2010 se sitúa en los 60.000 millones de euros (alrededor de un 25% de su PIB). Esta cifra es el resultado de una necesidad de financiación neta superior a los 30.000 millones y de unos vencimientos en torno a los 30.000 millones. Esta cifra de emisión bruta supera claramente la registrada en los últimos años, que venía situándose en torno a los 40.000 millones de euros.
¿Será Grecia capaz de colocar una deuda por valor de 60.000 millones de euros?
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