WP_Post Object ( [ID] => 5540 [post_author] => 115 [post_date] => 2009-10-12 16:08:36 [post_date_gmt] => 2009-10-12 14:08:36 [post_content] => El premio Nobel de economía ha sido otorgado este año a dos economistas estadounidenses: Elinor Ostrom y Oliver E. Williamson. Ninguno de ellos se encontraba entre los favoritos. Elinor Ostrom, la primera mujer en recibir el Nobel de Economía, ha trabajado en temas relacionados con la gestión de los “recursos comunes” y la necesidad de que esa gestión o explotación la realicen los propios usuarios. La autogestión es el sistema más eficiente para administrar este tipo de recursos. El estudio de la “tragedia de los comunes” tiene una larga tradición en la literatura económica. Es sabido que, históricamente, muchas especies animales han estado o están amenazadas por la extinción. Las pesquerías es, sin duda, el ejemplo más utilizado. Elinor Ostrom ha desafiado el conocimiento convencional que dice que la propiedad común suele estar mal gestionada por sus comuneros y que debe regularse, ya sea por las autoridades centrales o por un sistema de privatización. Con base en estudios numerosos sobre el manejo por parte de los usuarios y explotadores de bosques, minerales, alimentos, zonas turísticas, bancos de peces, pastos comunales, lagos y aguas subterráneas, Ostrom concluye que los resultados son, la mayoría de las veces, mejores cuando son los propios “comuneros” los que gestionan. En este sentido, en España las Cofradías de Pescadores y las Comunidades de Regantes son los gestores más eficientes de los recursos que administran. En cambio, cuando la regulación se hace desde fuera tiene menos legitimidad y supone menos compromiso para los administrados y , por tanto, hay menos probabilidad de que sean cumplidas. La pesca y el agua Muchos científicos son de la opinión que hemos pescado y seguimos pescando de forma excesiva y que por este motivo muchas especies marinas se están extinguiendo. De ahí que las pesquerías ofrezcan el mejor ejemplo de la “tragedia de los bienes comunes”. La teoría económica tradicional defiende que como existen pocos controles sobre las capturas, los pescadores tienden a pescar el máximo posible ya que todo lo que ellos dejen de pescar puede ser aprovechado por otros. Por consiguiente, los pescadores en lugar de permitir que los peces crezcan y se reproduzcan para mantener así una carga óptima de pescado, están incentivados a apoderarse de la mayor cantidad posible de peces antes de que lo hagan los demás. Y como todo pescador tiene motivos para actuar en esta dirección, el resultado es la sobreexplotación de los bancos de pesca. Ostrom dice que esto no es cierto y que la gestión óptima de los “bienes comunes” es la que realizan los propios usuarios de los recursos acuíferos, pesqueros o pastizales, que permita una mejor explotación y un mayor beneficio.Y demuestra, en contra de lo que muchos venimos defendiendo desde hace años, que no es necesario privatizar ni regular de forma centralizada ese tipo de recursos comunes. Cofradías de Pescadores Para Ostrom la solución a los problemas de sobreexplotación pesquera es permitir una gestión “mancomunada” por parte de los propios pescadores de la zona y no la implantación de un sistema que subaste los “derechos de pesca” (que no es otra cosa que aplicar los derechos de propiedad sobre la pesca). Para Ostrom el autogobierno o gestión directa del recurso por parte de los pescadores permite la administración más eficiente de esos recursos que tienen la característica de ser escasos y renovables. Los pescadores de una determinada zona pueden combinar el establecimiento de unas normas, cuotas, comportamientos, etc. que sirvan para poner orden en la pesca de la zona y proteger también la pesca futura. Este sistema reduce los costes de transacción y de gestión del recurso común y son los propios pescadores, interesados en que no se agote el recurso, quienes fijen las reducciones o incrementos de pesca de acuerdo con la oferta de peces disponible. De esta forma se evitaría la intervención de una autoridad ajena a la explotación e incentivaría a los usuarios a mejorar las posibilidades de explotación del caladero, con el fin de conseguir en el futuro un mayor beneficio del mismo. Es decir, los pescadores, a través de lo que en España denominamos “Cofradía de Pescadores” podrían fijar aumentos o reducciones de las capturas de acuerdo con la oferta disponible en ese caladero, mejorando así, las condiciones para obtener mayores rendimientos futuros y permitirles también un futuro en ese oficio a sus hijos. Este sería el sistema más eficiente. En resumen, Ostrom ha recibido el Nobel de Economía por haber demostrado que las asociaciones de usuarios y/o propietarios pueden administrar con más éxito los denominados "recursos comunes" que cuando se impone desde el exterior. Su trabajo de investigación se basa precisamente en la participación activa de los usuarios que se autoimponen sus propias reglas. 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El premio Nobel de economía ha sido otorgado este año a dos economistas estadounidenses: Elinor Ostrom y Oliver E. Williamson. Ninguno de ellos se encontraba entre los favoritos.
Elinor Ostrom, la primera mujer en recibir el Nobel de Economía, ha trabajado en temas relacionados con la gestión de los “recursos comunes” y la necesidad de que esa gestión o explotación la realicen los propios usuarios. La autogestión es el sistema más eficiente para administrar este tipo de recursos. El estudio de la “tragedia de los comunes” tiene una larga tradición en la literatura económica. Es sabido que, históricamente, muchas especies animales han estado o están amenazadas por la extinción. Las pesquerías es, sin duda, el ejemplo más utilizado.
Elinor Ostrom ha desafiado el conocimiento convencional que dice que la propiedad común suele estar mal gestionada por sus comuneros y que debe regularse, ya sea por las autoridades centrales o por un sistema de privatización. Con base en estudios numerosos sobre el manejo por parte de los usuarios y explotadores de bosques, minerales, alimentos, zonas turísticas, bancos de peces, pastos comunales, lagos y aguas subterráneas, Ostrom concluye que los resultados son, la mayoría de las veces, mejores cuando son los propios “comuneros” los que gestionan. En este sentido, en España las Cofradías de Pescadores y las Comunidades de Regantes son los gestores más eficientes de los recursos que administran. En cambio, cuando la regulación se hace desde fuera tiene menos legitimidad y supone menos compromiso para los administrados y , por tanto, hay menos probabilidad de que sean cumplidas.
La pesca y el agua
Muchos científicos son de la opinión que hemos pescado y seguimos pescando de forma excesiva y que por este motivo muchas especies marinas se están extinguiendo. De ahí que las pesquerías ofrezcan el mejor ejemplo de la “tragedia de los bienes comunes”. La teoría económica tradicional defiende que como existen pocos controles sobre las capturas, los pescadores tienden a pescar el máximo posible ya que todo lo que ellos dejen de pescar puede ser aprovechado por otros. Por consiguiente, los pescadores en lugar de permitir que los peces crezcan y se reproduzcan para mantener así una carga óptima de pescado, están incentivados a apoderarse de la mayor cantidad posible de peces antes de que lo hagan los demás. Y como todo pescador tiene motivos para actuar en esta dirección, el resultado es la sobreexplotación de los bancos de pesca.
Ostrom dice que esto no es cierto y que la gestión óptima de los “bienes comunes” es la que realizan los propios usuarios de los recursos acuíferos, pesqueros o pastizales, que permita una mejor explotación y un mayor beneficio.Y demuestra, en contra de lo que muchos venimos defendiendo desde hace años, que no es necesario privatizar ni regular de forma centralizada ese tipo de recursos comunes.
Cofradías de Pescadores
Para Ostrom la solución a los problemas de sobreexplotación pesquera es permitir una gestión “mancomunada” por parte de los propios pescadores de la zona y no la implantación de un sistema que subaste los “derechos de pesca” (que no es otra cosa que aplicar los derechos de propiedad sobre la pesca). Para Ostrom el autogobierno o gestión directa del recurso por parte de los pescadores permite la administración más eficiente de esos recursos que tienen la característica de ser escasos y renovables. Los pescadores de una determinada zona pueden combinar el establecimiento de unas normas, cuotas, comportamientos, etc. que sirvan para poner orden en la pesca de la zona y proteger también la pesca futura.
Este sistema reduce los costes de transacción y de gestión del recurso común y son los propios pescadores, interesados en que no se agote el recurso, quienes fijen las reducciones o incrementos de pesca de acuerdo con la oferta de peces disponible. De esta forma se evitaría la intervención de una autoridad ajena a la explotación e incentivaría a los usuarios a mejorar las posibilidades de explotación del caladero, con el fin de conseguir en el futuro un mayor beneficio del mismo. Es decir, los pescadores, a través de lo que en España denominamos “Cofradía de Pescadores” podrían fijar aumentos o reducciones de las capturas de acuerdo con la oferta disponible en ese caladero, mejorando así, las condiciones para obtener mayores rendimientos futuros y permitirles también un futuro en ese oficio a sus hijos. Este sería el sistema más eficiente.
En resumen, Ostrom ha recibido el Nobel de Economía por haber demostrado que las asociaciones de usuarios y/o propietarios pueden administrar con más éxito los denominados «recursos comunes» que cuando se impone desde el exterior. Su trabajo de investigación se basa precisamente en la participación activa de los usuarios que se autoimponen sus propias reglas.
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