El precio del petróleo cayó desde el verano de 2008 y hasta marzo de 2009. Esta caída se había convertido en un factor favorable para la economía mundial y un estímulo para salir de la crisis. Efectivamente, los precios cayeron desde los máximos históricos de 145 dólares por barril en julio del año pasado hasta los 34 dólares de febrero de este año. Sin embargo, desde marzo el precio del oro negro está repuntando, cotizando hoy a más de 75 dólares. Como consecuencia están apareciendo opiniones sobre los efectos negativos que puede producir en la ya muy deteriorada economía mundial.
Hay que precisar también que, como el precio del petróleo está denominado en dólares, los países pertenecientes a la Eurozona, así como Brasil, Perú o Chile pueden sortear mejor los efectos del encarecimiento del crudo gracias a la mayor fortaleza de sus monedas. No es casualidad que mientras el precio del barril sube el dólar se deprecia. Los precios del crudo llevan cinco meses alcanzando, con fluctuaciones, una cota más alta, mientras que el dólar desde hace cinco meses, sigue también una trayectoria bajista. No se trata de una mera coincidencia. Los productores de crudo tratan de contrarrestar la pérdida de poder adquisitivo derivada de la mayor debilidad del dólar con niveles de precios más elevados. Estamos ante un círculo vicioso en el que el precio del crudo sube y el dólar se deprecia y viceversa. Como consecuencia EEUU, con un dólar débil exporta más y se está recuperando de la crisis lo que puede generar mayores demandas de petróleo con nuevas subidas futuras de su precio.
Por tanto, se podría esperar, en el futuro, nuevas subidas del precio del barril si se produjera una mayor depreciación del dólar y/o una posible retirada de producción por parte de la OPEP. Pero sobretodo el “oro negro” subirá de precio si mejora la actividad económica mundial. Precisamente, y para confirmar este último fenómeno, parece que una causa importante del aumento del precio del barril es la demanda China, segundo consumidor de petróleo del mundo. Ello se debe a que si en algún país parece que hay “brotes verdes” es en China, aunque también en India. Y si China e India crecen, y lo está haciendo por encima del 8%, el resto del mundo acabará creciendo. Chindia, como se suele decir, “tirará” de la economía mundial.
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