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España sigue ganando a Italia en renta per cápita

La oficina estadística europea (Eurostat para más señas), publicó esta semana que por segundo año consecutivo, España tiene una renta por habitante superior a la italiana. La renta por habitante española a paridad de poder de compra representó en 2007 el 107% de la media europea, frente al 101% de Italia. En cambio, como viene ocurriendo desde hace siglos los otros 3 grandes países europeos Alemania (113%), Francia, (111%) y Reino Unido (116%) aventajan a España. En 2006, España tenía una renta per cápita dos puntos superior a la italiana; en 2007 la diferencia fue de seis puntos por lo que la ventaja se amplió. El avance español se debe al mayor crecimiento de la economía española respecto a la italiana. En 2007 el PIB español creció un 3,8% y el italiano un 1,5%.


A partir de 2008 los datos económicos españoles empeorarán. La actividad económica se ha estancado en España, mientras la población no deja de aumentar a gran velocidad ya somos 46 millones, 900.000 personas más que en enero de 2007. Superar en renta per cápita a Francia, segunda potencia de la zona del euro, después de haber sobrepasado a Italia en 2006, es ahora imposible. El PIB per cápita español se reducirá tres puntos este año, hasta el 104% de la media europea.

A España le está empezando a ir mal pero Italia lleva tiempo estancada ¿Qué puede hacer Italia para revitalizar su economía?

El principal desafío de Berlusconi en su tercer mandato será poner en marcha las reformas estructurales que necesita Italia para levantar una economía que sólo ha crecido 1,4% de media anual en el último decenio. Los jóvenes no encuentran trabajo estable. Las pensiones y los salarios han perdido poder adquisitivo debido a la elevada inflación. Muchas empresas se han quedado obsoletas y no pueden competir con los países emergentes. La productividad lleva años sin moverse y el mercado laboral es muy rígido. Berlusconi tiene que plantar cara a los sindicatos, introducir más competencia en el sector servicios y privatizar las empresas públicas entre otras las de transporte y energía.

La seguridad ciudadana, la lucha contra la inmigración ilegal, la corrupción y el crimen organizado, las reformas del estado y jugar mejor al fútbol son otras asignaturas pendientes. El nuevo jefe de Gobierno ya anunció en campaña electoral que no prometía milagros sino trabajo duro, necesario para sacar adelante la maltrecha economía italiana que arrastra problemas de competitividad y una inflación al alza.

Solo queda esperar para saber si Berlusconi se enfrentará a los problemas y que se convierta así en la Margaret Thatcher que necesita Italia.