WP_Post Object ( [ID] => 4312 [post_author] => 115 [post_date] => 2007-11-04 18:34:14 [post_date_gmt] => 2007-11-04 17:34:14 [post_content] => En los últimos cinco años hemos sido testigos del aumento de poder de partidos muy conservadores en el viejo continente; un aumento que parece ir ligado a los temores que suscita la falta de control de la inmigración. Así en 2002 Le Pen se coló en la segunda vuelta de las presidenciales francesas (si bien es cierto que, tras la campaña presidencial de 2007 el partido está al borde de la desaparición); en 2004 el ultraderechista Joerg Haider ganó las provinciales en Austria. Nicolas Sarkozy, ganó las presidenciales francesas con la promesa electoral de regular los flujos migratorios permitiendo solo una inmigración selectiva de trabajadores cualificados. También el partido conservador británico acaba de abrir el debate sobre la necesidad de limitar la emigración. Mientras tanto en España e Italia aumentan los casos de racismo y xenofobia. Pero sin duda lo quizá ha colmado el vaso ha sido la victoria electoral en Suiza de la UDC (Unión Democrática de Centro). La UDC es un partido nacionalista de derecha liderado por el millonario Cristoph Blocher (actual Ministro de Justicia) que logró un resultado histórico en las elecciones federales de la Confederación Helvética el 21 de octubre. La UDC se convierte así en la fuerza parlamentaria con más respaldo popular desde 1919 con un 28,8% de los sufragios (+ 5,2% respecto de las elecciones de 2003) y frente a solo el 19,3% (- 4%) obtenido por el Partido Socialista, en unos comicios donde la participación fue del 47,9%, la más elevada desde 1983. Según esos resultados, el partido de Blocher contará con 62 de los 200 escaños del Parlamento. Los medios de comunicación han calificado a la UDC de partido xenófobo, racista, liberal y de derechas. Efectivamente, su campaña se ha centrado en la negativa a la adhesión de Suiza a la Unión Europea, la reducción de impuestos y la adopción de más medidas destinadas a lograr una mayor seguridad para la población, entre ellas, las de lucha contra criminalidad de los extranjeros en Suiza, que constituyen el origen de la polémica. Efectivamente, la acusación de xenófobos proviene de la propuesta de Blocher (y no hay que olvidar que se trata nada menos que del actual Ministro de Interior y Justicia del Gobierno) de expulsar del país a los delincuentes extranjeros, junto a sus familiares si son menores o dependientes del expulsado. En la página web de la UDC se señala que el 21% de la población que vive en Suiza es extranjera, y ese 21% gasta el 40% de las prestaciones sociales. Otros datos que maneja la UDC en su página web es que ese 20% de la población, que es la extranjera, delinque cuatro veces más que el resto de la población suiza. En concreto, los extranjeros (20% de la población) es responsable del 82% de las peleas y agresiones, del 80% del tráfico de drogas y del 65% de los robos. El 71% de los centros penitenciarios está ocupado por delincuentes extranjeros. Es por ello que las principales iniciativas de la UDC en materia de seguridad pasan por medidas como la expulsión de los extranjeros que delincan. A ello hay que añadir que la participación electoral ha sido la más elevada desde 1983 y que el resultado de los comicios ha otorgado la mayor proporción de votos jamás alcanzado por ningún partido político en Suiza. Quizá se pueda concluir que el problema de la inmigración es un tema que preocupa a una parte de la población helvética. De cualquier modo y a pesar de que se haya calificado a la UDC de xenófoba, los suizos siguen siendo un referente de civismo y democracia. A pesar de la contundente victoria en las últimas elecciones federales, el presidente del partido ganador, Ueli Mauer, aseguró que no tienen intención de cuestionar el modelo de equilibrio o “fórmula mágica” por el que todos los grandes partidos están presentes en el Gobierno (integrado por siete ministros). Un mensaje que contribuye en parte a calmar los ánimos, ya que Blocher se había mostrado partidario de crear un gobierno de centro derecha que dejara por primera vez a los socialistas fuera del juego. Sin embargo, el resultado de las elecciones permite a la UDC aspirar a colocar un segundo Ministro en el Ejecutivo y a hacerse con una de las carteras de mayor importancia (Hacienda o Asuntos Exteriores), además de la de Interior y justicia, cuyo actual titular es el Sr. Blocher. En cualquier caso esa Konkordanz, que es como denominan a este modelo de equilibrio, tendrá un claro acento de derechas. Además, el UDC seguirá con su estrategia de consultas populares para sacar adelante sus polémicas medidas, como la prohibición de construir minaretes o la expulsión de los inmigrantes delincuentes. ¿Son los suizos xenófobos? ¿Lo son los europeos? [post_title] => Xenofobia y racismo [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => closed [post_password] => [post_name] => xenofobia_y_rac [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2007-11-04 18:34:14 [post_modified_gmt] => 2007-11-04 17:34:14 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/archives/2007/11/xenofobia_y_rac.php [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 9 [filter] => raw )
En los últimos cinco años hemos sido testigos del aumento de poder de partidos muy conservadores en el viejo continente; un aumento que parece ir ligado a los temores que suscita la falta de control de la inmigración. Así en 2002 Le Pen se coló en la segunda vuelta de las presidenciales francesas (si bien es cierto que, tras la campaña presidencial de 2007 el partido está al borde de la desaparición); en 2004 el ultraderechista Joerg Haider ganó las provinciales en Austria. Nicolas Sarkozy, ganó las presidenciales francesas con la promesa electoral de regular los flujos migratorios permitiendo solo una inmigración selectiva de trabajadores cualificados. También el partido conservador británico acaba de abrir el debate sobre la necesidad de limitar la emigración. Mientras tanto en España e Italia aumentan los casos de racismo y xenofobia. Pero sin duda lo quizá ha colmado el vaso ha sido la victoria electoral en Suiza de la UDC (Unión Democrática de Centro).
La UDC es un partido nacionalista de derecha liderado por el millonario Cristoph Blocher (actual Ministro de Justicia) que logró un resultado histórico en las elecciones federales de la Confederación Helvética el 21 de octubre. La UDC se convierte así en la fuerza parlamentaria con más respaldo popular desde 1919 con un 28,8% de los sufragios (+ 5,2% respecto de las elecciones de 2003) y frente a solo el 19,3% (- 4%) obtenido por el Partido Socialista, en unos comicios donde la participación fue del 47,9%, la más elevada desde 1983. Según esos resultados, el partido de Blocher contará con 62 de los 200 escaños del Parlamento.
Los medios de comunicación han calificado a la UDC de partido xenófobo, racista, liberal y de derechas. Efectivamente, su campaña se ha centrado en la negativa a la adhesión de Suiza a la Unión Europea, la reducción de impuestos y la adopción de más medidas destinadas a lograr una mayor seguridad para la población, entre ellas, las de lucha contra criminalidad de los extranjeros en Suiza, que constituyen el origen de la polémica. Efectivamente, la acusación de xenófobos proviene de la propuesta de Blocher (y no hay que olvidar que se trata nada menos que del actual Ministro de Interior y Justicia del Gobierno) de expulsar del país a los delincuentes extranjeros, junto a sus familiares si son menores o dependientes del expulsado.
En la página web de la UDC se señala que el 21% de la población que vive en Suiza es extranjera, y ese 21% gasta el 40% de las prestaciones sociales. Otros datos que maneja la UDC en su página web es que ese 20% de la población, que es la extranjera, delinque cuatro veces más que el resto de la población suiza. En concreto, los extranjeros (20% de la población) es responsable del 82% de las peleas y agresiones, del 80% del tráfico de drogas y del 65% de los robos. El 71% de los centros penitenciarios está ocupado por delincuentes extranjeros. Es por ello que las principales iniciativas de la UDC en materia de seguridad pasan por medidas como la expulsión de los extranjeros que delincan. A ello hay que añadir que la participación electoral ha sido la más elevada desde 1983 y que el resultado de los comicios ha otorgado la mayor proporción de votos jamás alcanzado por ningún partido político en Suiza. Quizá se pueda concluir que el problema de la inmigración es un tema que preocupa a una parte de la población helvética.
De cualquier modo y a pesar de que se haya calificado a la UDC de xenófoba, los suizos siguen siendo un referente de civismo y democracia. A pesar de la contundente victoria en las últimas elecciones federales, el presidente del partido ganador, Ueli Mauer, aseguró que no tienen intención de cuestionar el modelo de equilibrio o “fórmula mágica” por el que todos los grandes partidos están presentes en el Gobierno (integrado por siete ministros). Un mensaje que contribuye en parte a calmar los ánimos, ya que Blocher se había mostrado partidario de crear un gobierno de centro derecha que dejara por primera vez a los socialistas fuera del juego. Sin embargo, el resultado de las elecciones permite a la UDC aspirar a colocar un segundo Ministro en el Ejecutivo y a hacerse con una de las carteras de mayor importancia (Hacienda o Asuntos Exteriores), además de la de Interior y justicia, cuyo actual titular es el Sr. Blocher. En cualquier caso esa Konkordanz, que es como denominan a este modelo de equilibrio, tendrá un claro acento de derechas. Además, el UDC seguirá con su estrategia de consultas populares para sacar adelante sus polémicas medidas, como la prohibición de construir minaretes o la expulsión de los inmigrantes delincuentes. ¿Son los suizos xenófobos? ¿Lo son los europeos?
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