El pasado mes de abril escribí un post en este blog de economía en el que ponía de relieve el declive de la economía portuguesa y las diferencias existentes entre la economía lusa y la española. Hoy me voy a ceñir exclusivamente a la situación económica del país vecino.
Portugal experimentó un crecimiento económico medio del 4% en la segunda mitad de la década de los 90. Sin embargo, a partir de entonces el PIB empezó a desacelerarse progresivamente alcanzando un crecimiento de tan solo el 0,2% en el 2006. El paro ha pasado del 4% en el año 2000 al 8,4% en 2007. Los desequilibrios macroeconómicos (inflación y déficit exterior) generados durante el periodo de expansión (1995-2000) crearon una situación difícilmente sostenible. Uno de los principales resultados fue y es el elevado déficit público. Primero, porque no supieron frenar el fuerte crecimiento del gasto y en segundo lugar a causa de la ralentización de los ingresos fiscales asociados a la fase descendente del ciclo económico. Los déficit públicos alcanzaron el 3,1% del PIB en 2003, el 5,3% en 2004, el 6,1 en 2005 y el 4 en 2006 a pesar de tener que recurrir a medidas extraordinarias para intentar mantener el déficit por debajo del límite del 3% exigido por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y poder cumplir así con los requisitos de convergencia impuestos por la UE. En el periodo 2000 – 2007, Portugal mostró una clara divergencia frente a la UE12 al registrar una tasa de variación media anual del 0,7% inferior a la media de crecimiento de los países de la Zona Euro (2%).
La desaceleración de la economía portuguesa en el año 2006 fue el resultado de una disminución acentuada de la contribución de la demanda interna al crecimiento del PIB y en especial de la caída de la inversión así como de la ralentización del consumo Público. Portugal también se está viendo perjudicado por la subida del petróleo. El Programa de Estabilidad y Crecimiento para el período 2005-2009, presenta la estrategia de desarrollo económico y de consolidación de las cuentas públicas que se pretende seguir, basada en tres objetivos centrales: 1. Intentar aumentar el crecimiento económico que permita retomar la convergencia con la media europea y alcanzar en 2009 un crecimiento del PIB del 3%; 2. reducir el déficit de las Administraciones Públicas en porcentaje del PIB, hasta un valor inferior al 3% a partir de 2008; 3. invertir, a partir de 2008, la tendencia creciente del peso de la deuda pública en el PIB.
De acuerdo con el Economic Survey of Portugal de la OCDE, y pese a la ligera mejora de la actividad económica prevista para el presente año (1,8%), la economía lusa seguirá creciendo a un ritmo inferior al resto de Europa por lo menos hasta el 2010. ¿Verá Portugal la luz al final del tunel?
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