Mañana jueves se conocerá la respuesta a uno de los enigmas de este verano. El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo, decidirá si mantiene los tipos de interés de la zona euro en el 4%, o los sube hasta el 4,25%. En julio parecía muy claro que optaría por continuar endureciendo la política monetaria. Motivos, según él, no le faltaban: la economía europea -que tras un acusado periodo de atonía-, por fin crecía de forma robusta, la liquidez y el crédito aumentaban de manera importante y la inflación – que aunque controlada aparentemente por debajo del 2%-, pronto reflejaría los elevados precios que han alcanzado el petróleo y algunos alimentos.
Pero el estallido de la crisis hipotecaria en Estados Unidos durante el mes de agosto, ha modificado todo el escenario. La falta de liquidez en los mercados ha provocado que el euribor aumente hasta cerca del 4,8%, desatando los temores de una posible extensión de la crisis hipotecaria a Europa. Además, la economía de la eurozona ha ralentizado su crecimiento en el segundo trimestre hasta el 2,5% (frente al 3,2% del primer trimestre), por lo que han surgido muchas voces que han pedido al BCE que reconsidere su propósito inicial.
En este contexto, una subida de los tipos de interés podría al BCE en la picota, ya que sería acusado de poner en riesgo el crecimiento europeo, cargando de razones a los que, como Sarkozy, opinan que la institución monetaria debe unir a su misión de controlar la inflación, la de velar por el crecimiento económico. Pero por otro lado, mantener los tipos de interés en el 4%, podría ser interpretado como un signo de debilidad y como una cesión en su objetivo de mantener la estabilidad de precios.
Sea cual sea la decisión que tome mañana, el debate proseguirá. Sobre todo por parte de los que, con el presidente francés a cabeza, pretenden tener un Banco Central más sumiso a sus intereses. Aunque los analistas están divididos casi al 50% en cuanto a la decisión que tomarán mañana Tritchet y sus colegas, parece ganar puntos la opción de que postergará la subida de los tipos, en espera de ver como evoluciona la crisis en las próximas semanas. Pero se admiten apuestas. ¿Qué decisión tomará el Banco Central Europeo? Y sobre todo, ¿qué decisión debería tomar?
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