Mes tras mes, se va poniendo de manifiesto que uno de los grandes problemas a los que se va a enfrentar la economía española en el medio plazo es el de la financiación externa. Durante los años de euforia en los mercados de capitales, esa brecha entre una inversión equivalente al 32% del PIB y un ahorro bruto del 22% del PIB, se fue cubriendo sin problemas gracias a la financiación de los no residentes, especialmente, de inversores centroeuropeos. Entonces la locomotora española estaba funcionando a pleno rendimiento, en medio de un círculo virtuoso que no parecía tener fin. Y se ponía de manifiesto que un déficit de balanza por cuenta corriente no es un problema tan grave, cuando se pertenece a una unión monetaria en la que existe exceso de ahorro en busca de inversiones rentables. Pero a la vuelta del verano dos acontecimientos han complicado la situación: el cambio de fase en el ciclo económico español y, por tanto, la ruptura del círculo virtuoso anterior y la crisis en el sector financiero que ha secado la financiación.
El resultado de todo ello es que desde el verano, la economía española está teniendo problemas para captar el ahorro externo que necesita. Los datos de diciembre que se acaban de publicar esta mañana son preocupantes. En diciembre de 2007, la necesidad de financiación de la economía española (balanza por cuenta corriente más cuenta de capital) superó los 8.000 millones de euros (1.336 millones en diciembre de 2006), con un tremendo deterioro tanto del déficit comercial (9.286 millones de euros frente a 5.628 en diciembre de 2006) como del déficit de rentas (3.150 millones en diciembre de 2007 frente a 105 millones en diciembre de 2006). Pues bien, la entrada neta de ahorro del exterior (5.300 millones de euros) sólo cubrió el 65% de la necesidad de financiación, de manera que los activos del Banco de España frente al exterior disminuyeron en el mes de diciembre en 2.463 millones de euros. Siendo otro dato destacable que los extranjeros realizaron compras en activos financieros por valor de 4.000 millones de euros en diciembre de 2006 y ahora han vendido más de 4.136 millones. En definitiva, es cierto, que los datos de un mes en balanza de pagos no marcan tendencia, pero toda la información desde el verano va en la misma dirección: vamos a tener problemas para financiar nuestro déficit externo y esto llevará a una corrección del mismo, vía menos inversión y más ahorro, es decir, a través de una fuerte ralentización de la actividad.
Por último reseñar que los problemas de liquidez (y solvencia) del sistema financiero internacional son tan importantes que la FED está semana ha vuelto a poner en marcha un nuevo instrumento para aumentar la liquidez (cambia a 28 días, 200 m.m. de bonos por 200 m.m. millones de activos titulizados), sólo tres día después de aumentar esa liquidez en las subastas quincenales. Para la semana que viene nos espera una bajada de tipos en EEUU de 50-75 p.b. Todo ello refleja que la situación es muy complicada. Ahora mismo ya no se discute en EEUU si están inmersos en una recesión, sino la duración e intensidad de la misma.
Por cierto, advertíamos la semana pasada del peligro del dólar y ya lo tenemos por encima de 1,56, lo que ha obligado a mostrar su preocupación a Trichet. Las declaraciones son gratis, pero es demasiado poco para parar la inercia del euro. Así que ya pueden ir pensando en bajar los tipos.
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