En su reunión de política monetaria de hoy, el BCE ha mantenido en el 4,25%, como se esperaba, su principal tipo de interés de referencia. Tras la polémica subida de tipos del mes pasado (25 pb hasta el 4,25%), era seguro que esta vez no habría movimientos. Sin embargo, existía cierta incertidumbre respecto al tono de mensaje de la conferencia de prensa de Trichet tras anunciarse la decisión adoptada. Por una parte, el incremento de la inflación en julio hasta el 4,1% le podría servir de excusa para justificar la última subida de tipos y para subrayar nuevamente los riesgos inflacionistas. Por otra, el presidente del BCE podría más bien decantarse por señalar que las expectativas inflacionistas se han moderado como consecuencia de la subida de tipos y del reciente abaratamiento del petróleo y que los últimos indicadores económicos han elevado los riesgos a la baja para la actividad económica, lo que tendería a difuminar todo vestigio de sesgo alcista en tipos de la política monetaria.
Este segundo enfoque es, en mi opinión, el que más ajustado a la realidad, pero el presidente del BCE, desde luego, no lo ha adoptado de una manera resuelta.
De hecho, Trichet ha empezado su discurso desde el primer enfoque: los datos han confirmado la conveniencia de la última subida de tipos y los riesgos inflacionistas (por las materias primas, el crecimiento monetario y los efectos de segunda vuelta) han aumentado. Por fortuna para el análisis objetivo, también ha concedido implícitamente que los datos de actividad económica del segundo trimestre han sido más débiles de lo esperado y que los riesgos económicos (por el encarecimiento de las materias primas, la crisis crediticia y los desequilibrios económicos globales) se mantienen a la baja, aunque ha tendido a limitar el reconocimiento del componente inesperado en las recientes señales de debilidad y a subrayar la salud de los fundamentos económicos europeos y la relativa fortaleza de la economía global. En definitiva, casi se repite el mensaje de sesgo neutral en tipos del mes pasado.
La curva de tipos de mercado, que aún temía la posibilidad de alguna subida de tipos próxima, ha tendido a relajarse tras recibir el mensaje del BCE. Sin embargo, aún no apuesta por recortes de tipos en los próximos meses. Es cuestión de tiempo. Cuando en las próximas semanas se vayan confirmando los datos de recesión económica en el conjunto de la Zona Euro y el panorama de la economía global se siga ensombreciendo, es muy probable que el mercado empiece a apostar por recortes de tipos oficiales a lo largo del próximo año. Será entonces más evidente que la subida de tipos de julio no estuvo probablemente del todo justificada.
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