A punto de terminar el primer mes del año, el año gira en la Unión Europea entre dos cuestiones principales: La falta de crecimiento del consumo y la depreciación por primera vez en años de EURO frente a todas las otras monedas, y principalmente el USD.
Como remedio a la deflación estamos viendo movimientos del Banco Central Europeo, inyectando liquidez a la economía con el objetivo de hacerla reaccionar de forma positiva. Se está siguiendo con un cierto retraso el ejemplo norteamericano en el que la FED ha dado los suficientes estímulos a la economía crezca, aumente el empleo y se refuerce el consumo. Un punto positivo añadido, en la Unión Europea, está siendo la bajada del petróleo y su impacto positivo en otorgar mayor liquidez a familias y empresas. Se espera un crecimiento adicional del PIB de medio punto si el barril se mantiene por debajo de los USD 70.
La devaluación del EUR frente a otras divisas (Suecia, suiza, Bulgaria, Hungría o Estados Unidos), hará que los países de la Unión Monetaria, exportarán deflación o importarán inflación, lo que dará mayor competitividad a sus productos y relanzará poco a poco los precios a nivel nacional. La depreciación con el USD está siendo motivado, como he indicado, por la desincronización de la políticas de los Bancos Centrales. El Quantitative Easing ha llegado a la UE pero con dos años de retraso, provocando una demanda de crédito que repunta pero todavía marginal. Una devaluación del 10% frente al USD puede producir un crecimiento similar para el beneficio de las empresas de la zona euro pero con un retraso en alcanzar estos resultados positivos de entres 6 a 12 meses. En España en un año, plagado de citas electorales, tendremos que ver si los positivos datos económicos esperados llegan antes de los comicios.
Comentarios