En una nueva reunión de transición, el BCE ha decidido mantener en el 0,75% su tipo de intervención. Se sitúa en este nivel desde julio de 2012. De esta forma, el corredor de tipos no varía: 1,5% para las facilidades de crédito y 0,0% para las facilidades de depósito. Lo más novedoso es que no ha habido unanimidad en la decisión, de manera, que al igual que en diciembre una parte del Consejo ha abogado por bajadas de tipos. Teniendo en cuenta que ahora la inestabilidad financiera es mucho menor, esto significa que empieza a preocupar la fortaleza del euro, sobre todo, cuando el resto de grandes bancos centrales está en otra sintonía con este tema. Sin embargo, no parece probable otra bajada de tipos, a no ser que la situación económica se complique claramente en los próximos meses.
Del comunicado y rueda de prensa posterior lo más destacable ha sido lo siguiente:
– Crecimiento.
Ha revisado levemente a la baja su previsión de crecimiento. Para 2013 la horquilla se sitúa entre -0,9%/-0,1% (anterior -0,9%/+0,3% en diciembre) y para 2014 entre el 0%/2% (anterior 0,2%/+2,2%). La actividad debería estabilizarse en la primera mitad de 2013 para recuperarse gradualmente en la última parte del año. Vuelve a subrayar que los riesgos son a la baja por la baja demanda, interna y externa, así como por el retraso en la implementación de las reformas estructurales.
– Inflación.
Sus previsiones son del 1,2%/2,0% en 2013 (anterior 1,1%/2,1% en diciembre), y del 0,6%/2,0% en 2014 (anterior 0,6%/+2,2%). Las presiones inflacionistas deberían seguir contenidas por el entorno de debilidad económica. Los riesgos están equilibrados, por un lado, a la baja, por la debilidad económica y, por otro, al alza, por el aumento de los impuestos y de los precios del petróleo. No ve una caída generalizada de los precios, no hay evidencias de deflación por el sólido anclaje de las expectativas…..aunque esto último parece una frase hecha.
– Política monetaria.
Sigue siendo acomodaticia y lo seguirá siendo tanto como sea necesario. Sobre los tipos de interés negativos han vuelto a repetir que es un tema que tienen estudiado pero que, de momento, no se pronuncian.
– Mercados.
Destaca que está regresando la confianza en los mercados financieros de la zona euro y que el contagio entre países se ha diluido. Resalta positivamente el hecho de que los mercados se hayan de nuevo en los niveles que tenían antes de las elecciones italianas.
– LTROs.
Ha informado de un volumen de amortizaciones anticipadas que asciende a 224.800 millones de euros, de un total de 1,02 billones de euros. La devolución de estos importes refleja una mayor confianza en los mercados financieros, lo que también se observa en su menor grado de fragmentación.
– Programa de compra de bonos –OMT-.
Recuerda que las reglas para activar el OMT están claras y que “la pelota está en manos de los gobiernos”. También aclara que el OMT no se puede utilizar para facilitar el retorno de un país a los mercados.
– Divisas.
Este tema ha ocupado menos tiempo que en la reunión anterior. Ha insistido en los mensajes de entonces: el tipo de cambio no es un objetivo de política monetaria, el euro está cerca de su media de largo plazo y seguirán su comportamiento porque sí es cierto que es importante para el crecimiento y la estabilidad de precios.
En definitiva, ha dejado abierta la posibilidad de una rebaja de tipos si el escenario se deteriora adicionalmente, aunque la probabilidad continúa siendo muy reducida. La reacción inicial del mercado ha sido positiva, aunque luego se ha ido enfriando. La revisión a la baja que ha hecho de su escenario de crecimiento e inflación ha sido menor de lo que algunos temían, lo que también es positivo para los mercados. El resto de cuestiones no ha deparado sorpresas, sino que se ha ajustado a lo que viene siendo el “discurso” habitual. De manera, que después de las contundentes señales del verano pasado, a corto plazo no deberíamos esperar muchas sorpresas en las decisiones del BCE. Para emociones fuertes ya tenemos a la FED y al BOJ, aunque también promete el nuevo gobernador del Banco de Inglaterra.
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