15
Jun

Los equipos de analistas del BBVA, Funcas, La Caixa y Bankia han informado esta semana que han mejorado sus previsiones sobre la economía española. España saldrá de la recesión antes de lo que habían previsto, confirmando lo que señalábamos en esta página hace dos semanas: que en el segundo trimestre la actividad económica está próxima al estancamiento. En concreto el PIB se contraerá un 0,2% en el segundo trimestre, en el tercer trimestre se estabilizará y en el último trimestre del año se registrará el primer dato positivo desde mediados de 2011. Lo que confirma que a medida que se van reduciendo los desequilibrios, que se generaron a lo largo de la fase expansiva del ciclo, la economía se empezará a recuperar.

El precio de la vivienda se reduce 

Sin embargo, mientras algunos desequilibrios ya han desaparecido como es el caso del sector exterior otros en cambio tardarán un poco más en solucionarse. Entre los que tardarán más se encuentran el desempleo, el déficit público y el mercado de la vivienda. Como la semana pasada comentamos datos referentes al mercado de trabajo vamos hoy a centrarnos en el mercado de la vivienda y en el déficit público.

En el mercado de la vivienda se está produciendo un ajuste lento pero seguro. Esta semana hemos recibido informaciones de fuentes muy distintas sobre la evolución del mercado de la vivienda en España: la del Instituto Nacional de Estadística (INE) y la de la agencia de tasación Tinsa a las que hay que unir la publicada por The Economist en mayo.

El INE publicó los datos de compraventas de viviendas: en el periodo de enero a abril se contabilizaron 120.820 transacciones, lo que supone un crecimiento interanual del 9,7%. Una mejora importante que se debe en parte a la mayor demanda de los extranjeros, pero también a la reducción de los precios de la vivienda. Es probable que esta tendencia de los cuatro primeros meses del año haya seguido en mayo. Efectivamente, según datos suministrados por Tinsa en mayo de este año los precios de la vivienda siguieron ese ritmo de corrección y mostraron un descenso del 0,4% frente al mes de abril. Según Tinsa (que obtiene datos de los tasadores), desde máximos la corrección de precios de la vivienda ha sido del 35,6%.

También esta semana el INE informó que el Índice de Precios de Vivienda (IPV), que calcula a través de la información que suministran notarios y registradores, tuvo una caída en el primer trimestre del año del –6,6% con respecto al trimestre anterior. Es la mayor caída del IPV que se registra desde el inicio de la serie histórica que arranca en 2007. Tras esta fuerte caída y frente a los máximos de 2007, el índice muestra un desplome del 36,2%, muy parecido al de Tinsa.

El «valor justo» de la vivienda

En cambio, en un artículo (“Boom and gloom”) de la revista  The Economist publicado el 18 de mayo se señala que los precios de los inmuebles en España han caído menos que los de las otras dos fuentes: un 26,5% desde  sus máximos en 2007. Pero el semanario británico da un paso más al pronosticar que todavía seguirán bajando hasta un 16% más, afirmando que los precios están regresando en España a su valor justo. El valor justo lo define como el cociente del precio de la vivienda respecto a la renta disponible y/o el precio de los alquileres. Aunque añade que, dada la situación por la que atraviesa actualmente la economía española, los precios pueden caer incluso por debajo de su “valor justo”.

Este desplome de los precios de la vivienda en España refleja: a) la enorme oferta generada durante el boom inmobiliario, b) la caída espectacular en el número de hogares que se constituyen y c) la fuerte destrucción de empleo, la reducción de la población activa y la elevada tasa de paro (más del 26%). El lado positivo es que el mercado tiende, aunque muy lentamente, hacia el equilibrio. Una prueba es que el stock de vivienda nueva en España empieza a reducirse.

El déficit público 

También se está reduciendo el déficit de las Administraciones Públicas: mientras en 2009 llegó a representar más del 11% del PIB parece que este año se situará cerca del 6,5%. Para seguir reduciendo el déficit se precisa: a) dar otra “vuelta de tuerca” en la reducción del gasto público improductivo de las Comunidades Autónomas,

b) acelerar el aumento de la edad de jubilación e introducir factores de sostenibilidad en el sistema de pensiones,

c)  privatizar o cerrar muchas empresas públicas autonómicas y municipales,

d) diseñar un sistema recaudatorio más sencillo que baje los tipos impositivos, reduzca las deducciones y aumente la recaudación y

e) acometer otras reformas estructurales pendientes que aumenten el crecimiento económico. No se debe olvidar que aumentar el crecimiento de la economía es la mejor manera de reducir el déficit público, de ahí que sea muy buena noticia que gracias al impulso de la demanda externa, la economía española vuelva a tasas de crecimiento positivas en el cuarto trimestre.

Superávit con el exterior

El impulso de las exportaciones no solo está evitando un desplome mayor de la actividad sino que está consiguiendo también restablecer rápidamente el equilibrio exterior. La balanza por cuenta corriente que en 2008 arrojaba un déficit del 10% del PIB va a cerrar este año con un superávit del 2% lo que significa que aumenta la capacidad de financiación de la economía española y reducirá nuestra posición deudora frente al resto del mundo. España tendrá ciertamente que seguir pagando todas las deudas generadas (acumuladas) durante los últimos años, pero la economía española ya está reduciendo esa deuda contraída con los mercados financieros internacionales.

Este superávit del saldo exterior se debe en muy buena medida al esfuerzo de internacionalización de las empresas españolas y al aumento de competitividad que se está produciendo gracias a la reducción de costes. Precisamente ayer el INE publicó la Encuesta Trimestral de Coste Laboral referida al primer trimestre de 2013. En el primer trimestre de 2013 el coste laboral de las empresas disminuyó un 1,4% con respecto al mismo periodo del año anterior. La buena noticia es que la reducción de los costes laborales, al disminuir los costes de producción, no sólo aumenta la competitividad de las exportaciones  sino que abarata también los productos nacionales frente a los importados. A la larga los menores costes y las mayores ventas deberían generar una mayor producción y más empleo, lo que a su vez aumentaría el consumo.

En resumen, España poco a poco está corrigiendo sus desequilibrios económicos. Esta reducción de los desequilibrios es lo que está permitiendo, tal como señalábamos al principio de este artículo, la vuelta al crecimiento. Sabemos que las exportaciones están marchando bien y por eso cuando la economía se recupere, probablemente a finales de este año, la inversión también empezará a crecer. El aumento de la inversión terminará aumentando el nivel de empleo. Parece, además, que se están poniendo las bases para reducir vía precios (reducción del precio de la vivienda y de los salarios) los enormes excedentes de casas y de mano de obra existentes en España.

Mientras tanto es necesario profundizar más en las reformas: facilidad para contratar trabajadores, reducción del gasto público improductivo, sistema tributario dirigido al crecimiento, normalización de las condiciones de acceso al crédito, energía más barata, etc. Saldremos de esta crisis con políticas económicas que faciliten el crecimiento económico. Es decir, políticas que ayuden a reducir los desequilibrios.

Fuente: Una versión más reducida la puedes encontrar en Rafael Pampillón Olmedo. «Menos desequilibrios: más crecimiento». Expansión, 15 de junio de 2013. página 22

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