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Economía española: prosigue el ajuste de la inversión y el empleo

Escrito el 3 octubre 2012 por José Ramón Diez Guijarro en Economía española

A la espera de la decisión final sobre el rescate que no se podrá retrasar mucho más, los datos que se van publicando reflejan que la economía española sigue inmersa en un círculo vicioso, que a corto plazo sólo podrá romper una actuación contundente del BCE que logre estabilizar la prima de riesgo en la zona de 250-300 puntos básicos. Vayamos con los datos de esta mañana: empleo y cuantas no financieras.

1) Los datos del mercado de trabajo vuelven a reflejar una realidad que sólo la estacionalidad veraniega ha conseguido maquillar durante un par de meses. La caída de la afiliación en más de 86.000 personas el pasado mes (el peor septiembre de los últimos cuatro años), pone de manifiesto la extrema debilidad del empleo en nuestro país y, lo que es peor, no parece factible un cambio de tendencia en el corto plazo. El dato más preocupante es que 1,66 millones de parados no reciben ninguna prestación (36% del total), aunque este dato también nos debe hacer reflexionar sobre el tamaño que puede estar alcanzando la economía sumergida en España. En el conjunto del 3T12 la destrucción de empleo, en términos desestacionalizados, se moderó sensiblemente (-128.328 vs -170.935 en abril-junio), lo que supone una caída del 0,8% trimestral (-1% en el 2T12). Esto implica que, si bien se prolongará la senda recesiva en este trimestre, no se producirá un deterioro significativo y la caída del PIB será similar a la del 2T12 (-0,4% trimestral). En todo caso, dado el empeoramiento del gasto en consumo en los próximos meses, por la subida del IVA y un efecto compensación tras el adelanto de compras a los meses anteriores, y teniendo en cuenta que este periodo suele ser malo para el empleo, la caída de la actividad se intensificará de forma notable en el tramo final del año.

2) Las cuentas no financieras del segundo trimestre reflejan que la economía española, forzada por la aguda crisis que atraviesa, continúa depurando los elevados desequilibrios acumulados y, en concreto, reduciendo su dependencia de la financiación exterior. Así, en el 2T12 la necesidad de financiación se situó en el 0,3% del PIB, dos puntos menos que hace un año y el menor porcentaje desde, al menos, el año 2000. La creciente capacidad de financiación del sector privado, sobre todo de las empresas, compensa el deterioro de las Administraciones Públicas.

El análisis macroeconómico más interesante de las cuentas no financieras estriba en contemplar la capacidad/necesidad de financiación como la diferencia entre ahorro e inversión. La reducción de la brecha entre inversión y ahorro procede, básicamente, de la intensa y prolongada caída de la inversión (20,6% del PIB, 10,4 puntos menos que en los máximos de 2007), ya que el ahorro también se ha deteriorado en el mismo periodo, aunque con menor intensidad (4,3 puntos hasta el 17,6% del PIB). Por tanto, el cierre de la brecha externa se consigue por un tremendo ajuste de la actividad que al centrarse en la inversión pone en peligro nuestro crecimiento potencial en el medio plazo.

La caída de la inversión en el 2T12 (-9,4% interanual) afecta a todos los agentes, salvo a las empresas (+2,1%). El mayor ajuste lo sufren las AA.PP. (-35,6%), muy superior al de los hogares (-15,3%). Por lo que respecta al ahorro (-1,5%), la mejoría registrada por las empresas (+6,4%) fue compensada por el intenso deterioro de los hogares (-21,7%) y el desahorro habitual del sector público.

El deterioro de la tasa de ahorro de las familias (9,6% de la RBD, la más baja de la serie, que arranca en 2000) se explica por la necesidad de compensar la caída de la renta disponible (-3,2%), derivada de la merma de las rentas salariales, por la evolución negativa del mercado laboral, junto con la política fiscal restrictiva, que se traduce en mayores impuestos y menos transferencias.

En definitiva, se confirman las tendencias observadas recientemente en la economía española: (i) el formidable ajuste de la demanda interna está haciendo desaparecer nuestra tradicional necesidad de financiación exterior, (ii) gracias a que las familias ahorran cada vez menos, el consumo privado está resistiendo, (iii) continúa el proceso de desapalancamiento del sector privado, especialmente en las empresas, iv) la necesidad de financiación del sector público sigue subiendo y v) prosigue el ajuste del empleo.

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