18
Jul

Entre los documentos que publica el FMI semestralmente, tiene a pasar desapercibido el Fiscal Monitor, que revisa la situación de las finanzas públicas globales. Como hoy vuelve a recordarnos Glen Hubbard en Finantial Times, niveles de endeudamiento elevados, pueden terminar afectando al crecimiento en el largo plazo.

Las recientes investigaciones de Rogoff estiman en casi medio punto porcentual la reducción del crecimiento potencial a medio plazo, cuando la deuda pública supera el 90% del PIB. Y en el Fiscal Monitor (ver cuadro) se pone de manifiesto que la mayoría de países OCDE van a estar por encima de esos niveles en los próximos años. Por tanto, hay que buscar esa estabilización del ratio a corto plazo, pero con los ritmos adecuados de austeridad.

El necesario ajuste fiscal

Según el FMI, los procesos de consolidación fiscal están evolucionando según las previsiones realizas en abril. Las economías desarrolladas están aplicando mayoritariamente políticas, más o menos agresivas, que permitirán que el déficit fiscal se reduzca en 0,75 p.p. en términos de PIB durante este año y en casi 1 p.p. en 2013. No obstante, establecer objetivos únicamente sobre el déficit nominal aumenta el riesgo de aplicar política fiscales demasiado restrictivas si la economía se debilita. En la mayoría de los casos, dados los riesgos a la baja sobre el crecimiento, en vez de objetivos concretos de déficit es preferible establecer ritmos de ajuste fiscal más flexibles y concentrarse en tomar las medidas acertadas.

– En EEUU se prevé una mejora de la situación fiscal en 2012, pero el escenario a medio plazo es muy incierto. En concreto, las perspectivas para 2013 son preocupantes: si los dos grandes partidos no logran llegar a un acuerdo político que evite las subidas de impuestos y los recortes de gasto previstos bajo la ley actual, la política fiscal podría restar más de 4 p.p. al crecimiento, situando a la economía en recesión. El FMI recomienda evitar este fuerte shock y que las medidas correctivas sobre el déficit estructural que se tomen en 2013 no superen 1 p.p.

– En la Eurozona (UEM) el esfuerzo fiscal está siendo significativo, sobre todo en las economías periféricas. Esto permitirá que, en términos agregados, el déficit fiscal pase de un 3,2% del PIB en 2012 a un 2,5% en 2013. Por su parte, la deuda pública se mantendrá por encima del 90% del PIB los dos próximos años.

– España e Italia están aplicando importantes medidas de consolidación fiscal con el objetivo de recuperar la confianza de los mercados. En España, las presiones se han intensificado y el FMI sigue cuestionando la capacidad para reducir el déficit significativamente en los dos próximos años (aunque no tiene en cuenta los últimos recortes aprobados el 13 de julio, que superan los 56.000 millones hasta 2014). Por su parte Italia, con una situación algo más holgada (tiene superávit primario) ha aplicado nuevas medidas con las que pretende alcanzar un modesto superávit estructural en 2013.

– De los tres países rescatados, Portugal e Irlanda están avanzando correctamente en la consecución de las metas fiscales pactadas con el FMI y la UE. Sin embargo, el grave deterioro de la situación en Grecia alerta del riesgo de que el rechazo a las políticas de recortes impuestas desde la UEM se extienda hacia otros países.

– En los países con un cómodo acceso a los mercados, como es el caso de Francia y Alemania, los ajustes fiscales se están produciendo según el calendario previsto para cumplir con sus objetivos de medio plazo.

En los países desarrollados (ver cuadro), la corrección que se espera para los déficit fiscales tendrá un impacto favorable sobre la deuda pública, aunque seguirá aumentando en los dos próximos años (en 2013 podría superar, en términos agregados, el 112% del PIB desde el 105,6% de 2011).

– Los ratios de deuda sobre el PIB podrían alcancen su máximo en 2013 en la gran mayoría de países de la UEM. Francia y Grecia lo alcanzarían en 2014. EEUU y Reino Unido lo lograrían en 2015 y, en el caso de España y Japón, no es previsible que se consiga antes de 2016. Alemania destaca positivamente, ya que el máximo podría haberse registrado ya en 2010.

Claro que la estabilización será complicada con las primas de riesgo actuales. Algo tendrá que decir (hacer) el BCE para solucionar este problema en el corto plazo. Pues mientras tanto, tenemos países en una unión monetaria con rentabilidades negativas y otros pagando tipos de interés insostenibles.

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