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¿Cómo se financia el déficit exterior?: endeudándose frente al resto del Mundo

Definición de balanza por cuenta corriente. 

Aunque a menudo los términos se confunden, la balanza por cuenta corriente y la balanza comercial no son exactamente lo mismo. La balanza comercial es la diferencia entre el valor de las exportaciones y las importaciones de bienes y servicios. En cambio la balanza por cuenta corriente añade, además, la diferencia entre otros ingresos y pagos «corrientes» como intereses, dividendos, remesas o ayuda oficial al desarrollo. En la práctica, estos otros flujos (que se agrupan en las denominadas balanzas de rentas y de transferencias) acostumbran a ser mucho menores que los derivados de las exportaciones y las importaciones y, por ello, la diferencia entre los saldos de la balanza comercial y la balanza por cuenta corriente tiende a ser pequeña. 

Los últimos datos disponibles para España indican que el déficit por cuenta corriente se situó en 39.778 millones de euros [1](3,2% del PIB); un poco inferior al del año 2011 (4,5% del PIB) que fue de 47.674 y que a su vez también fue menor que el de 2009 que fue de 53.228 millones. 

El déficit de la cuenta corriente se financia con entradas netas de capitales. [2]El déficit por cuenta corriente debe financiarse mediante entradas netas de capital internacional (que se apuntan en la cuenta financiera). Esa entrada neta o superávit de la cuenta financiera aumenta la posición deudora (endeudamiento neto) de España frente al resto del Mundo. Así, en cada período, el saldo de la cuenta financiera, por definición, es de igual magnitud pero de signo contrario al saldo de la cuenta corriente (más el saldo de la cuenta de capital). Los flujos de capital toman diferentes formas y pueden incluir depósitos bancarios, préstamos al gobierno o al sector privado empresarial, o la compra de acciones, activos mobiliarios o instrumentos financieros como cédulas hipotecarias. Por ejemplo, las ventas de empresas españolas a ciudadanos extranjeros o la inversión extranjera en España contribuyen a la financiación del déficit por cuenta corriente español. 

Los últimos datos publicados por el Banco de España indican que la colocación de deuda por parte de las empresas y el gobierno de España fue la fuente de financiamiento exterior más importante en los últimos años. Y en 2011 destaca  en particular, la adquisición por parte del Banco Central Europeo de deuda pública española. 

Consecuencias del déficit exterior 

Por otra parte, el aumento de la deuda neta (aumento de la posición deudora) como resultado de un déficit corriente repercute también en déficits futuros. Esto sucede porque la deuda (entendida en un sentido amplio, incluyendo todos los posibles vehículos de financiación) genera una serie de pagos, sea por intereses, dividendos, alquileres, etc., que se reflejan en la balanza de rentas o de servicios de la cuenta corriente. 

El ahorro procedente del exterior

 De ahí que una forma de interpretar el déficit por cuenta corriente es como la diferencia entre el ahorro nacional y la inversión doméstica. En una economía cerrada, toda la inversión se debe financiar mediante el ahorro nacional de empresas, hogares y gobierno. Sin embargo, en una economía abierta, parte de la inversión nacional se puede financiar con ahorro del resto del mundo. Tal y como hemos dicho antes, la entrada de este ahorro externo se ve reflejada en el saldo de la balanza por cuenta financiera, que es igual al déficit de la balanza por cuenta corriente. Por lo tanto, el déficit por cuenta corriente es idéntico al exceso de inversión doméstica sobre el ahorro nacional. 

España incurrió en unas necesidades de financiación externas del 3,4% del PIB durante 2011 (variable flujo). [3] Por eso a 31 de diciembre de 2011, la posición deudora neta frente al resto del mundo aumentó y se situó en 989.000 millones de euros 92% del PIB [4](variable stock). Mayor que la del año anterior. Efectivamente a finales de 2010 fue 939.800 un 87% del PIB. Esta posición deudora es el resultado de combinar unos activos en el exterior equivalentes al 128% del PIB y unos pasivos del 220% del PIB. Unas tres cuartas partes de los pasivos son deuda propiamente dicha y el resto se reparte de forma similar entre inversión extranjera directa e inversiones de cartera en bolsa española. 
 
La buena noticia es que, por razones cíclicas, el déficit exterior se reduce a pasos agigántados y, por tanto, el endeudamiento con respecto al resto del mundo tiende a estancarse y en un futuro podría empezar a reducirse (ver cuadro).
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¿Se puede mantener indefinidamente la actual importación de ahorro externo? 

Como ya hemos explicado, el déficit por cuenta corriente tiende a aumentar el endeudamiento con respecto al resto del mundo (entiéndase endeudamiento en un sentido amplio, incluyendo todos los activos en manos de extranjeros que generan un derecho a recibir pagos en el futuro). Una manera de juzgar la sostenibilidad de un déficit es evaluar, por lo tanto, la sostenibilidad del nivel de deuda asociado a ese déficit. 

Un nivel de deuda es sostenible si genera un pago por intereses soportable por parte del país deudor. Como la capacidad de pago viene determinada por el nivel de renta, esta condición requiere que la deuda se estabilice en un nivel que no sea demasiado alto en relación al PIB. La experiencia y la lógica sugieren que el nivel máximo de deuda que un país puede soportar varía, dependiendo de su crecimiento económico, capacidad para aumentar la recaudación fiscal, de generar exportaciones, o del tipo de instrumentos que utiliza para atraer el capital extranjero. Todos estos factores contribuyen a determinar el tipo de interés sobre la deuda. 

Es importante dejar claro que la estabilización de la deuda no es una condición suficiente para garantizar la sostenibilidad. La deuda se podría estabilizar, pero a un nivel tan alto que dejaría al país en una situación muy delicada si se produjese una desaceleración del crecimiento, subidas de tipos de interés, o un vaivén de los flujos de capital internacional. Anticipando estas eventualidades, los inversores internacionales tenderán a demandar mayores primas de riesgo a países más endeudados y con menos crecimiento económico. 

Para que la deuda frente al Resto del Mundo sea sostenible se precisa un déficit público bajo, ahorro doméstico razonable, una prima de riesgo baja, un buen ritmo de crecimiento y una buena dosis de competitividad. De ahí la insistencia en conseguir que la economía española crezca. 

Fuente: Enric Fernández. LA SOSTENIBILIDAD DEL DÉFICIT EXTERIOR DE ESTADOS UNIDOS. DOCUMENTOS de trabajo La Caixa. Nº 5 ABRIL 2007.