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España tiene dos mercados enormes completamente atascados, con enormes excesos de oferta en ambos: el de trabajo y el de vivienda. La microeconomía básica nos dice que si en un mercado un bien está en exceso de oferta, su precio debe bajar. Es decir, no se puede decir “hay más vendedores que compradores”, sino “a este precio hay más vendedores que compradores.” En ninguna parte está escrito que la forma en la que (no) funcionan estos mercados en España tenga que continuar para siempre, como nos han recordado con mucha claridad Bill Gates y el Santander. Las reformas de este gobierno tratan de desatascarlos.

La figura de más abajo es la primera figura que aprenden los estudiantes de licenciatura. La oferta (S1) y la demanda (D1) se cruzan en B. En esa cantidad, y al precio correspondiente (que no está en el gráfico) no hay exceso de oferta. Pero a un precio igual a “Minimum Price” (qué es un precio mínimo relevante), hay un exceso de oferta ya que los ofertantes, a este alto precio, quieren vender C (mayor que B) pero los demandantes, a este precio, sólo quieren comprar A (menor que B).

¿Por qué hay desempleo en España?

Este problema, en el mercado de trabajo, fue explicado con claridad por Bill Gates en El País:

“Lo que sucede es muy extraño. ¿Por qué no han bajado aquí los sueldos? Si tienes una fábrica que produce carbón y nadie lo compra está claro que el precio de tu carbón es demasiado alto y hay que bajarlo. Tienes toda esa mano de obra disponible, pero hay algo muy raro en que el precio no se ajuste para permitir a otros países instalarse aquí, porque está claro que estos trabajadores están dispuestos a trabajar. Ese nivel de desempleo nos indica que hay rigideces importantes operando en el mercado.”

La reciente reforma del mercado laboral busca precisamente atacar estas regideces del mercado laboral de las que habla Gates.

¿Por qué no se compran el más de un millón de viviendas nuevas que están a la venta en España?

En el mercado inmobiliario, el Santander lo explicó con acciones y no con palabras. La peor patata caliente de la burbuja, las casas de Seseña, se vendió en días una vez que el precio bajó lo suficiente. El Confidencial cuenta la historia:

De 500 a apenas una veintena en cinco meses. El Banco Santander, a través de su filial inmobiliaria Altamira y gracias a una agresiva estrategia de precios, ha conseguido ‘quitarse de encima’ casi todos los pisos que heredó de Francisco Hernando, El Pocero, en Seseña.

Las últimas viviendas que vendía por 65.000 euros han ‘volado’ en apenas quince días, con lo que la entidad que preside Emilio Botín ha conseguido sacar de su balance la práctica totalidad de los inmuebles ubicados en la localidad toledana, según comentan diversas fuentes a El Confidencial. De hecho, en la edición de invierno de la feria inmobiliaria SIMA que se ha celebrado este fin de semana en el Palco de Honor del Santiago Bernabéu, la entidad cántabra acudió con apenas una veintena de inmuebles de tres y cuatro dormitorios a partir de 109.000 euros.

En noviembre, en esta misma feria, el Santander vendía a partir de 89.000 euros. Precio que mantuvo hasta mediados de enero, cuando la entidad dio un nuevo giro a su estrategia en esta localidad y volvió a tirar los precios, hasta vender los inmuebles de dos dormitorios por 65.000 euros, por debajo incluso del coste de construcción. ”Hemos estado recibiendo entre 70 y 80 visitas diarias a estos pisos”, reconocen fuentes del Santander a El Confidencial.

Las lecciones del Santander son muchas. Primero, hay mucha gente que piensa que los bancos no pueden vender los pisos con perdidas, que no es una decisión racional. Esto es erróneo. La elección de los bancos no es venderlos con pérdidas o sin pérdidas. La elección es mantener los pisos en el balance, vacíos, consumiendo capital, y probablemente terminar por venderlos en un año o dos con pérdidas, o tomar la pérdida ahora. Tomar la pérdida ahora, si no fuera por los artificios contables, debería ser lo preferible, dado que los miles de pisos y adosados vacios se van deteriorando si no hay nadie que se haga cargo de ellos.

Pero la lección principal del Santander es que el mercado existe. Si los pisos de Castellón o de Alicante se reducen lo suficiente, habrá colas de alemanes para comprarlos. El éxito de la reforma Guindos tendrá una métrica muy inmediata: si empezamos a ver a otras entidades financieras reducir los precios de los pisos lo suficientemente para venderlos, estaremos empezando a dar salida y resolver nuestro problema inmobiliario y al financiero por consiguiente. Si siguen sin ser capaces de bajar los precios lo necesario porque no se pueden permitir el agujero en el balance, tendremos problema para rato.

Este artículo está copiado integramente del original: «Bill Gates y Emilio Botín nos enseñan teoría de precios básica«, escrito por Luis Garicano el 1 de marzo de 2012.

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