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¿Qué se puede hacer para evitar la ruptura del euro?

La zona euro se encuentra en una terrible situación en la que a) la caída de la producción, b) el aumento del desempleo, c) el incremento de la deuda y d) las rebajas de la calificación de esa misma deuda están erosionando las instituciones políticas y la confianza económica de la Unión Monetaria. Hay un dato positivo: están bajando los tipos de interés. Es más esperamos que el BCE vuelva a bajar los tipos de interés el jueves de la semana que viene.  

Evolución del Euríbor a un año (durante los últimos 12 meses)

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La crisis griega causa muchos de nuestros males

Una de las causas de la mala situación económica de la Eurozona es Grecia. Es muy probable que muy pronto el gobierno griego se convierta en el primer gobierno de un país desarrollado que en más de 60 años se declare en situación de default (suspensión de pagos). Efectivamente, es muy  probable que  Grecia no pueda hacer frente al pago de una parte de sus deudas a partir de Marzo. Los bonistas podrían perder más del 50% del valor de sus bonos situación que podría hacer que Grecia dejase de participar en las decisiones del Banco Central Europeo (BCE). De ser así, la cuestión sobre la capacidad de solvencia recaería en Portugal, con posibilidad de contagio a Italia. 

En este contexto, el sistema bancario también juega un papel crucial. Si el 30 de Marzo Grecia hace una quita y sólo paga el 40% de su deuda ello significaría que los bancos de varios países atravesarían (aún más) por serias dificultades, dando lugar a que algunas de las grandes entidades tuviesen que ser rescatadas (es decir, parcialmente nacionalizadas). Para poder pagar estos rescates los gobiernos tendrían que incrementar su deuda.

¿Cuales son los problema de la Eurozona?

De forma muy sintética se podrían señalar los siguientes problemas:

 (1) necesidad de mayor regulación del sector financiero

(2)  insolvencia del sector bancario, que tiene unos recursos propios con un apalancamiento de 30 veces.

(3) masivos desequilibrios comerciales y de cuenta corriente entre los países europeos, que marcan la diferencia de competitividad entre el norte y el sur, conduciendo  a la enorme deuda externa de estos últimos.  

(4) recesión económica (crecimiento negativo para este año 2012)

Soluciones 

Ante este negro panorama la solución pasa por una combinación de políticas de demanda y de reformas estructurales (políticas de oferta) con el fin de que Zona Euro vuelva a la senda del crecimiento económico, para ello se necesita: 

a) Políticas de oferta (también llamadas reformas estructurales) en países con bajo crecimiento potencial (países periféricos de la Zona Euro).

b) Políticas de estímulo de la demanda en economías con fuertes superávits externos (Alemania, Austria, Holanda y Finlandia).

c) Mantenimiento, por parte del BCE, de las políticas monetarias expansivas. Los problemas de la Zona Euro no pueden ser resueltos prestando dinero de forma indefinida a los países menos competitivos y a los bancos insolventes.  No es un  problema de liquidez sino de falta de solvencia. El gran impulso de liquidez del BCE es necesario porque alivia aunque no soluciona el problema al que se enfrentan los países de la Zona Euro. Sin embargo, no debemos subestimar su capacidad de actuación. El BCE evitó una contracción del crédito, lo cual merece un reconocimiento. 

d) Ajustes fiscales adecuadamente dosificados para ir consolidando las cuentas públicas en países con elevados déficits estructurales: Grecia, Portugal, Italia, España y Francia.

e) Un cambio radical en la gestión de la política fiscal de la Eurozona que pasaría por una fuerte autoridad fiscal central, cuya potestad tributaria y asignación de recursos estuviese en manos de un superministro de economía de la Zona Euro.

f) Se deben reducir salarios y precios en los países del sur, así como incrementarlos en los del norte, aunque esto último parece que no va a ser posible debido a las presiones de Alemania.

Si no se aplicasen estas medidas el euro se rompería y Grecia, Portugal, España, Italia y algún país más (¿quizá Francia?) tendrían que volver a sus antiguas monedas.