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Las conductas irresponsables, nueva fuente de ingresos públicos.

Como bien sabes querido lector, en España y en otros muchos países, nos movemos en un contexto de fuerte escasez de ingresos fiscales. El Estado no ingresa lo suficiente. Lo que quiere decir que el Estado tiene que recaudar como sea. Entre otras actuaciones nos van a subir las tasas. Por eso si fumas, utilizas una carretera, bebes alcohol, eres un peatón que escuchas música con los auriculares mientras cruzas una calle o comes chucherías o demasiadas grasas, ve preparándote para pagar. Se trata de que pague más el que tiene conductas de riesgo, conductas que tienen como consecuencia un mayor gasto en sanidad para el Estado.

Si conduces un coche contaminante, circulas por una autovía o aparcas en el centro de la ciudad también vas a pagar más[1] [1]. Esa va a ser la tendencia de las Administraciones Públicas: gravar económicamente más a los que utilizan los servicios públicos y también a los que tienen conductas que suponen más gasto para todos.

Se trata de medidas dirigidas a tratar de cambiar las conductas de los ciudadanos para obligarles, en cierto modo, a que eviten sus malos hábitos. Es cierto que el Estado no tiene esa misión, pero si sale ganando el sistema, hace bien en corregirlo.

Nuevas tasas para nuevos hábitos

La tendencia económica de los próximos años será gravar las conductas de riesgo con nuevas tasas, con estas medidas lo que se hace es decirle al ciudadano que si va a utilizar los recursos comunes, va a tener que pagar, por ejemplo, si tenemos que curar sus enfermedades. Aumentando las tasas se evita subir impuestos que son más ineficientes e injustos. El copago en Sanidad sería una tasa. Aumentar las tasas de la universidad pública es de justicia. ¿Tiene sentido que la universidad pública la sufraguen con sus impuestos personas que no la pueden usar? Un alumno de la universidad pública paga el 20% del coste de la enseñanza que recibe. ¿Es razonable que trabajadores mileuristas que no pueden ir a la Universidad y desempeñen funciones, por ejemplo, de cajeros en Mercadona estén pagando con sus impuestos la Universidad Pública a los “niños de papá”? Es también de justicia y muy deseable que cualquier subida de las tasas académicas deba ir acompañado de un buen sistema de becas; es decir, aquellos que quieran ir a la Universidad pública, tengan capacidad y no puedan pagar (porque no son «niños de papá») deberían poder disfrutar de una beca.

 ¿Se deberían subir las tasas universitarias para que cubrieran, por ejemplo,  el 50% del coste? ¿Es justo que todos los ciudadanos paguen las carreteras, la sanidad pública y la contaminación? ¿O sería más ecuánime que solo los usuarios de los mismos sosntengan su coste?


[1] [2] El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, que anunció que aumentará en una hora el tiempo de funcionamiento de los parquímetros, hasta las 21.00 horas, y subirá un 10% el precio para aparcar en el centro de la capital. El edil madrileño anunció esta nueva medida incluyéndola dentro del Plan de Calidad del Aire 2011/15, pero no sólo se realiza para evitar la contaminación, sino que detrás se esconde una estrategia para aumentar los ingresos del consistorio, el más endeudado de España.