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Nov

Los líderes del G-20 en su comunicado final instan a España y a otros países a que cumplan con el objetivo del déficit público. Sin embargo, será muy difícil que España consiga alcanzar el déficit prometido, de solo el 6% del PIB, debido a que a) el crecimiento económico está siendo nulo en la segunda mitad de este año, b) el desempleo sigue subiendo, tal como relatamos en este blog el sábado pasado y esta semana,  y c) sigue existiendo un gasto público excesivo, sobre todo en las Comunidades Autónomas, que no se recorta del todo por motivos electorales.

El año pasado el gobierno tomó medidas que le permitieron recortar el déficit presupuestario del 11% del PIB en 2009 al 9% en 2010. Pero este año y con las elecciones encima será difícil rebajarlo al objetivo pactado del 6%. No se debe olvidar que el déficit está presupuestado para un crecimiento del PIB del 1,3% y como mucho España va a crecer a la mitad. Por tanto, los ingresos serán menores y los gastos mayores de lo presupuestado. Por tanto y desgraciadamente el déficit estará muy probablemente por encima del 7% del PIB.

Un fracaso en la consecución del objetivo del déficit público podría generar algunas dudas sobre la capacidad que tiene España de pagar sus deudas. Déficit público más alto  significa que los niveles de deuda pública aumentarían más rápidamente de lo esperado.

El nuevo gobierno español que será elegido en las elecciones generales del 20 de noviembre tendrá una enorme presión para controlar el déficit público. No se debe olvidar que España ha prometido recortar su déficit al 3% del PIB para el año 2013.

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