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Ayer, el Banco de España publicó el jueves la balanza tecnológica del año 2010. Lo primero que se observa es una clara mejoría.

¿Qué es la balanza tecnológica?

La balanza tecnológica es un instrumento contable donde se apuntan los ingresos (exportaciones) y pagos (importaciones) de royalties (regalías). Es decir, se anota el flujo de dinero que se produce por la utilización de patentes, en este caso, entre España y el resto del mundo. La balanza tecnológica forma parte de la balanza de servicios y  el Banco de España la publica con muchísimo retraso. Hemos tenido que esperar al 31 de marzo (ayer) para conocer los datos de 2010.

A lo largo de los 12 meses del año 2010 la balanza tecnológica arrojó un saldo  negativo  de 1.307 millones de euros que es mejor que el del año 2009 (ver cuadro). ¿Por qué es mejor? Porque la cobertura que mide la parte de importaciones que son cubiertas por las exportaciones mejora (ver cuadro).

BALANZA DE ROYALTIES (Millones de euros)

Año

Ingresos (X) Pagos (M) Saldo Cobertura X/M
2000 460 1919 -1459 24%
2001 408 1875 -1457 22%
2002 392 1923 -1531 20%
2003 468 2229 -1761 21%
2004 402 2443 -2041 16%
2005 447 2121 -1674 21%
2006 749 2005 -1256 37%
2007 390 2626 -2236 16%
2008 539 2276 -1737 24%
2009 476 2268 -1792 21%
2010 662 1969 -1307 34%

Fuente: Banco de España, 31 de marzo de 2011.

¿Por qué mejora la balanza tecnológica?

Porque la situación económica es mejor fuera de España que dentro. Como consecuencia el resto del mundo nos puede pagar más royalties (porque produce y vende más con patentes españolas) y, en cambio, en España como van peor las cosas y se produce y se vende menos (también con patentes extranjeras) se paga menos al exterior en concepto de royalties. “Nuestro gozo en un pozo”.

Por tanto, aunque el déficit se reduce lo hace por razones coyunturales. Y, en todo caso, sigue siendo alto lo que  muestra la elevada dependencia tecnológica española. El análisis de los datos relativos a la balanza tecnológica española y de otros indicadores de ciencia y tecnología muestran que España sigue importando  mucha más tecnología de la que exporta. Esta dependencia tecnológica española queda reflejada en los bajos niveles de cobertura de su balanza de royalties (28% de media en el periodo 2000 -2010).

En el cuadro se observa cómo los saldos de la balanza tecnológica española en concepto de royalties han sido siempre muy volátiles y muy negativos y con coberturas que oscilan entre el 15% y el 37%. En 2010 por cada 100 euros que España paga de royalties solo ingresaba 34. Las bajas tasas de cobertura que muestra el cuadro confirman la elevada dependencia tecnológica española con respecto a otros países.

Política tecnológica

La consecuencia inmediata es que nuestra productividad se aleja de la media europea y que la competitividad ha empeorado en los últimos años. Una prueba es que el saldo del comercio exterior de bienes de equipo es tradicionalmente muy deficitario. España sigue importando mucha más maquinaria de la que se exporta. Por tanto, los intercambios españoles de estos productos, que son los que tienen una mayor incorporación de tecnología, manifiestan también una fuerte dependencia española del exterior, es decir, falta de tecnología propia.

El crecimiento económico de España no debe seguir fundamentado en una estructura productiva centrada en sectores intensivos en mano de obra y tecnologías maduras. Por el contario, hemos de adaptar la producción nacional a la evolución de la demanda internacional lo que significa apostar por la innovación tecnológica que nos permita competir y aumentar las exportaciones.

Como consecuencia de lo anterior y tal como venimos señalando, desde hace 5 años que comenzó a andar este blog, España necesita hacer un esfuerzo mayor en investigación, lo que se traduciría en un mayor nivel tecnológico. Una de las políticas que se debe seguir es incrementar la vinculación de las empresas con la investigación que realiza el sector público. No se debe olvidar que una parte muy importante de la investigación que se realiza en España la realiza el Sector Público, con el dinero de todos los españoles.

De ahí que una de las misiones del sistema investigador público debe ser la de proporcionar al aparato productivo la tecnología que necesita, favoreciendo, especialmente, el suministro de innovación a la pequeña y mediana empresa española. En este sentido, se debe procurar que los organismos públicos de investigación se fijen como objetivo contribuir al desarrollo económico del país y ser centros de excelencia investigadora conectados a las necesidades del sector privado, capaces, por tanto, de preguntarse y de dar respuesta a las necesidades del mercado. No hay que olvidar que el objetivo de la política científica y tecnológica es el crecimiento económico y, por tanto, del empleo de alta productividad que es el duradero a largo plazo.

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