7
Oct

El Pacto de Toledo está trabajando estos días, con el fin de llegar a un acuerdo sobre la reforma de las pensiones en España. Quizá se apruebe retrasar la edad de jubilación a los 67 años, o quizá se modifique el sistema de cálculo de las pensiones de forma que se computen todos los ingresos obtenidos a lo largo de la vida laboral para la determinación del valor de las mismas. En este sentido el INE afirmó hoy, en un documento titulado «Proyección de la Población de España a Corto Plazo 2010–2020″,  que, según sus proyecciones, en España la población mayor de 64 años aumentará en 1,3 millones entre 2010 y 2020, alcanzando casi el 20% de la población total. A ello se une una reducción de personas en edad de trabajar (de 16 a 64 años) de casi medio millón de efectivos (un 1,6%) en 10 años. En definitiva, la pirámide poblacional envejece. En el gráfico, que a mi me da vértigo, se puede ver las 2 pirámides la de 2010 y la de 2020.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 ¿Por qué tanta preocupación sobre las pensiones?

La respuesta más extendida a esa pregunta es que España será, en el 2020, uno de los países más envejecido del mundo: el 20% de la población tendrá 65 años o más. Este rápido proceso de envejecimiento de la población se produce como consecuencia de la tasa de natalidad (una de las más bajas del mundo) y del aumento de la esperanza de vida (en la actualidad las mujeres nacidas en España están entre las europeas más longevas con 84 años (frente a una media en Europa de 79) mientras los hombres se sitúan en los 78 (la media europea masculina está en 71 años). Ambos elementos (baja natalidad y aumento de la esperanza de vida) determinan un aumento del envejecimiento de la población. Por otro lado, de mantenerse los ritmos actuales de reducción de la mortalidad de la población de España, en 2048, la esperanza de vida alcanzaría los 90 años en las mujeres y los 84,3 años en los varones.

Aumento de la tasa de dependencia

Lógicamente, este aumento del envejecimiento viene acompañado de un crecimiento en la tasa de dependencia, es decir, de un incremento del porcentaje de personas que no trabajan en relación a las que trabajan, o lo que es lo mismo, la proporción de gente que trabaja está disminuyendo. Así, según publica hoy el INE, en 2020, por cada 100 personas en edad de trabajar, habría en España más de 55 personas potencialmente inactivas, es decir, las que son menores de 16 años o mayores de 64. Es decir, la tasa de dependencia (entendida como el cociente, en tanto por ciento, entre la población menor de 16 años o mayor de 64 y la población de 16 a 64 años) se elevaría en seis puntos en los próximos 10 años, hasta el 55,1% desde el 49% actual.

Soluciones

Por tanto, en el futuro o las pensiones son más bajas y/o se reforma el sistema de pensiones y/o hay que endurecer la presión fiscal, ya que un menor número de trabajadores van a tener que sustentar a un mayor número de jubilados. Esto significa que, proporcionalmente, menos trabajadores tendrán que pagar cada vez más impuestos porque el gobierno necesitará atender más servicios sociales: pensiones y gastos médicos de los mayores que harán que la Seguridad Social consuma cada año una parte más importante de nuestra renta nacional. Subir los impuestos y rebajar las prestaciones es una de las salidas, inevitablemente impopular. Otra posibilidad es elevar las cotizaciones sociales por jubilación. Otra solución sería aumentar la natalidad. Otra alargar la edad de jubilación. Por último, está la congelación de las pensiones, medida que tomó el gobierno de España este año.

El fuerte envejecimiento en las próximas décadas es inevitable y solo se verá atenuado si la tasa de natalidad sube. Los datos indican que la fecundidad en España está aumentando (gracias a la aportación de las madres extranjeras) alcanzando 1,44 hijos por mujer, el valor más alto desde 1993, pero todavía muy lejos del 2,1 (tasa de reemplazo generacional). Pero la inmigración, aunque puede contribuir a aliviar el envejecimiento de la población, no será capaz de invertir la tendencia (ver gráfico) a una mayor longevidad ni a un aumento suficiente en  el número de nacimientos que permita el reemplazo generacional. Es preciso, por tanto, tomar medidas para facilitar la viabilidad financiera del actual modelo de Seguridad Social. Además, no podemos transmitir a nuestros hijos la carga de una fuerte deuda pública y un sistema de pensiones tanto más oneroso cuanto más jubilados haya. Por tanto, de la actual reunión del Pacto de Toledo deben salir reformas del sistema de pensiones como la de retrasar la edad de jubilación, evitar las jubilaciones anticipadas o computar todos los ingresos obtenidos a lo largo de la vida laboral para el cálculo de las pensiones.

Viendo la pirámide de población que está más arriba me pregunto ¿quien va a pagar las pensiones de las personas que tienen hoy una edad comprendida entre los 25 y los 45 años?

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