13
Oct

Política monetaria en EEUU: ¿y ahora qué?

Escrito el 13 octubre 2010 por José Ramón Diez Guijarro en Política Monetaria

Ayer se publicaron las actas de la última reunión de la FED y los comentarios más destacados fueron que los moderados ritmos de crecimiento actuales son insuficientes para reducir el desempleo de forma satisfactoria, mientras que la inflación se sitúa por debajo de lo que la FED considera consistente con su doble mandato de máximo empleo y estabilidad de precios. El problema es que con los tipos de interés cercanos a cero, cualquier caída adicional de los precios incrementaría los tipos de interés reales, lo que tendría efectos negativos sobre la demanda doméstica.

US-FederalReserveSystem-Seal.svg

Bernanke se ha referido en sus últimos discursos a tres herramientas o estrategias de política monetaria que la FED podría utilizar para generar un estímulo adicional a la economía. Se trata de:

 1) Nuevas compras de activos a largo plazo. En relación a esta estrategia, que ya ha sido puesta en práctica, Bernanke señala que la evidencia apunta a que fue efectiva en reducir los costes de endeudamiento en ciertos mercados de crédito, así como en contribuir a la estabilización y posterior recuperación de la economía en la primavera de 2009. Por ello confía en que nuevas compras puedan ayudar a una relajación adicional de las condiciones financieras. No obstante, también apunta que hay que sopesar los riesgos y costes de esta decisión, como el importante aumento del tamaño del balance de la Fed que esta estrategia conlleva, que puede reducir la confianza de los agentes en su capacidad de no generar tensiones inflacionistas cuando llegue el momento de abandonar una política monetaria tan acomodaticia.

2) Recortar el tipo de interés al que se retribuye el exceso de reservas que las entidades bancarias mantienen en el Sistema de la Reserva Federal. Actualmente, estas reservas se retribuyen al 0,25% y Bernanke plantea rebajarlo unos 10 pb o, incluso, situarlo en el 0%. La ventaja teórica de esta medida es que puede estimular a los bancos a prestar más o a que sean más activos en los mercados monetarios, lo que ayudaría a una reducción de los tipos de interés de corto plazo y, posiblemente, a una expansión de los agregados monetarios y crediticios. No obstante, cabe la posibilidad de que esta medida, en las circunstancias actuales, tenga un reducido efecto sobre los tipos a corto plazo y aún menor sobre los tipos a largo plazo. Incluso, señala, podría tener efectos indeseados sobre los mercados monetarios en el sentido de hacerlos menos líquidos ya que, con tipos de interés tan bajos, muchos participantes y creadores de mercado podrían retirarse.

 3) Elevar sus objetivos de inflación a medio plazo. Esta medida ha sido propuesta por numerosos economistas, pero no es vista con buenos ojos en la Fed puesto que, en su opinión, sólo tendría sentido tras un periodo prolongado de deflación.

Probablemente, la semana que viene la FED anunciará que va a ampliar las compras de títulos en alrededor de 500.000 millones de dólares. Por tanto,  la Fed sigue mostrándose más proclive a seguir aplicando medidas no convencionales, en caso de que fuera necesario, mientras que el BCE parece optar por una estrategia menos heterodoxa, en muchas ocasiones difícil de entender. El resultado final puede ser un euro mucho más apreciado de lo que sería aconsejable teniendo en cuenta la situación económica en Europa. Parece que en medio de la “guerra de divisas” el único banco central al que no la preocupa la fortaleza de su divisa es el nuestro.

Comentarios

Aún no hay comentarios.

Dejar un Comentario

*

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle contenido relacionado con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Puede cambiar la configuración u obtener más información aquí. Aceptar