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La guerra de las divisas

Las empresas exportadoras europeas están presionando cada vez más a sus gobiernos y al Banco Central Europeo (BCE) para que frenen la apreciación del euro. La solución pasaría por que el BCE comprase más bonos en el mercado y a cambio emitiese más euros (darle a la máquina de hacer billetes). No se debe olvidar  que la apreciación del euro pone en riesgo la positiva perspectiva económica para la economía de la Eurozona que gracias a las exportaciones alemanas creció en el 2º trimestre del año por encima del 2%. El euro se ha apreciado desde 1,20 dólares/euro en junio a más de 1,40 en este mes de octubre. La Eurozona comparte la preocupación por la apreciación de su moneda con Brasil, Perú, México, Colombia, Japón y otros muchos países que también están agobiados por la fuerte apreciación que han experimentado sus monedas frente al dólar. Todos estos países, ven la apreciación de sus monedas como una amenaza a su economía y muchos de ellos han intervenido en el mercado de divisas comprando dólares para proteger a sus exportadores. Otra forma ha sido reduciendo los tipos de interés de intervención.

Gráfico: Tipo de cambio dólar/euro.

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Otra manera de evitar la apreciación del euro y de otras monedas sería convenciendo a EEUU que cambiara su política monetaria, haciéndola más contractiva. Pero la Reserva Federal (Banco Central de los Estados Unidos), también llamada FED, no está por hacer esa labor. Más bien está por seguir imprimiendo billetes y monedas para impulsar los mercados de acciones y de bonos, depreciar el valor del dólar y generar un poco de inflación.

¿Por qué hace esto? El desempleo está muy por encima de los objetivos que tiene la FED, mientras que la inflación está por debajo y quizás la inflación pueda bajar todavía más. Por eso sigue comprando millones de millones de dólares en bonos del Tesoro de EEUU e hipotecas, entregando a cambio billetes y monedas, para rebajar todavía más los tipos de interés.

En el mercado de bonos, cuando alguien con mucho dinero, como es la FED, comienza a comprar, el precio del bono sube y si los precios de los bonos suben los tipos de interés bajan.  Como los demás mercados de renta fija se mueven al ritmo que marcan los bonos del Tesoro de EEUU, las grandes empresas que pueden vender bonos para financiarse tienen menores costos para pedir préstamos. También significa tipos de interés más bajas para los créditos hipotecarios. Además un dólar más barato hace que las exportaciones estadounidenses sean más atractivas en momentos en que el consumo de EEUU está estancado.

La otra cara de la moneda, tal como señalamos más arriba, es que la apreciación del resto de las monedas, entre ellas el euro, deprime las exportaciones, el crecimiento económico y la generación de empleo.

¿Habrá un acuerdo en la próxima reunión del G-20 que pacifique esta guerra de divisas?