30
Mar

El último Boletín Económico del Banco de España, publicado hoy, incluye un jugoso documento con las nuevas proyecciones sobre la economía española para este año y el próximo. Más allá del propio interés en conocer las proyecciones realizadas por esta institución está, también, la comparación de las mismas con las cifras oficiales del Gobierno, para comprobar en qué cuestiones hay sintonía y en cuáles no. Y parece que las discrepancias son notables.

La más llamativa es el empeoramiento en las previsiones de evolución del PIB, tanto en 2010, donde la diferencia sólo es de una décima (-0,4% frente a una caída del 0,3% prevista por el Gobierno) como en 2011, aunque en este caso la diferencia es mucho más seria, abismal si me permiten: mientras que nuestro Gobierno confía en que en 2011 la recuperación sea casi un hecho, con un crecimiento del PIB del 1,8%, el Banco de España rebaja esta cifra un punto, hasta un 0,8%, un impulso lánguido a nuestro PIB que no permite ser optimista sobre la evolución de las principales magnitudes en nuestro mercado de trabajo.

De hecho, mientras que el Gobierno prevé una caída de la tasa de paro en 2011 de seis décimas -hasta el 18,4% desde el 19,0% previsto para el presente año- el Banco de España prevé una destrucción neta de empleo del 2,6% y 0,3% en 2010 y 2011, respectivamente, que situará las tasas de paro en el 19,4% de la población activa este año y en el 19,7% en el próximo.

Otras discrepancias relevantes se observan en las previsiones relacionadas con el consumo privado y la inversión. En el caso del consumo privado, la gran diferencia se observa en 2011, donde el Gobierno prevé un crecimiento del 2,5% -que sería un importante motor para el crecimiento del PIB- mientras que el Banco de España lo rebaja hasta sólo el 1,0%. En cuanto a la formación bruta de capital fijo las previsiones del Banco de España son mucho más sombrías que las del Gobierno, ya que prevé caídas del 9,8% y 3,5% en el presente y próximo año, respectivamente. Sin un consumo que despegue y una inversión que seguirá cayendo en picado las perspectivas de una recuperación vigorosa quedarán aplazadas, por lo menos, hasta el 2012.

Y, finalmente, el Banco de España confía muy poco en las posibilidades de reducir significativamente el déficit público en el presente ejercicio o en 2011. Así, prevé un déficit en 2010 del 10,2%, que sólo se reducirá un poco más de un punto para 2011, hasta el 8,9%, frente a una previsión oficial del 7,5% por parte del Gobierno. El Banco de España pronostica, asimismo, que el ratio deuda/PIB alcanzará el 75% en 2011.

Por cierto, el Boletín Económico presentado ayer incluye un interesante artículo sobre el problema de la contratación dual en el que se reivindica una reforma de la estructura de contratación y una reducción del coste del despido como una vía para estimular la creación de empleo. Este nuevo toque de atención desde el Banco de España al Gobierno y los agentes sociales respecto a la necesidad de una reforma laboral que incluya este aspecto fue muy mal tomada una vez más por Gobierno y sindicatos, que consideran estas cuestiones un terreno donde sólo a ellos les está permitido opinar. La Vicepresidenta primera atacó al Gobernador del BdE basando su argumento en una falacia: que cualquier cambio laboral debe hacerse en el marco del diálogo social. Esto es obviamente falso, pero es la excusa que desde hace años viene utilizando el Gobierno para evitar acometer una reforma necesaria y urgente.

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