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La teoría económica lleva siglos estudiando los mecanismos que contribuyen a entender el funcionamiento de los mercados y la eficiencia de los mismos. Los mercados de divisas suelen ser mercados perfectos, es decir, mercados libres y competitivos en el que las fuerzas del mercado (oferentes y demandantes de divisas) actúan libremente. En ellos hay transparencia y muchos oferentes y demandantes de divisas y un precio único (la cotización) que cambia con los cambios en la oferta y la demanda de dólares. Según la teoría económica todos los participantes en el mercado de divisas disponen de la misma cantidad y calidad de información.

En el mercado de divisas si aumenta la demanda de dólares, que es lo que está ocurriendo ahora en Venezuela, las fuerzas del mercado por sí solas harían que el bolívar se depreciase ya que a este tipo de cambio la cantidad de dólares demandada supera a la cantidad ofrecida. De ahí que parezca necesario e inminente que el gobierno venezolano cierre la brecha entre el tipo de cambio oficial y fijo (2,15 bolívares/dólar) y el tipo de cambio de mercado que es flotante (7 bolívares dólar). La diferencia solo se puede reducir devaluando el tipo de cambio oficial o dejando flotar la moneda.

¿Cuál es el problema de devaluar?

Antiguamente en Europa y en EEUU devaluar una moneda suponía un desprestigio para el gobierno, en este caso para Chávez. Hoy todo el mundo sabe que hay que dejar a las fuerzas del mercado que ajusten el precio de la divisa.

¿Cómo se produce una devaluación?

Lo primero que es preciso aclarar es que solo se devalúan los tipos de cambio fijos. Una devaluación se hace por decreto: «Hasta ahora el banco central de Venezuela cambiaba 1 dólar por 2,15 bolívares, pues bien a partir de mañana el precio será 6 bolívares por un dólar».

Los sistemas de tipo de cambio fijo, como el oficial que ahora tiene Venezuela, fueron los más utilizados en el mundo durante el siglo pasado. Cuando, hace 12 años, se produjo la crisis asiática (comenzando en Tailandia) muchos economistas le echaron la culpa a la existencia de tipos de cambio fijos. Los cambios fijos también tuvieron parte de la culpa de la crisis de Rusia y la brasilera del real (1998), la crisis mexicana del peso (1994) la crisis argentina de la dolarización (2000-2002), las de Turquía en 2000 y en 2001, etc. En un mundo de libre flujo de capitales, un régimen de tipo de cambio fijo es una bomba de relojería.

Conclusión

Las fuerzas del mercado funcionan. Las fuerzas del mercado son como los mares. Si un gobierno ataca las fuerzas del mercado se ataca a sí mismo. Además, mantener tipos de cambio paralelos, como en Venezuela, genera mercados negros y, por tanto, injusticia. En el siglo XXI, casi todos los países han adoptado sistemas flotantes (o flexibles) de tipo de cambio.

¿Devaluará Chávez el bolívar? ¿Desaparecerá el tipo de cambio fijo oficial y se pasará a un tipo de cambio flotante?

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