31
Ago

Los datos publicados hoy, por el Banco de España sobre la balanza de pagos en el primer semestre de 2009 señalan que el déficit por cuenta corriente sigue siendo muy alto aunque va en disminución. Efectivamente,  en los seis primeros meses de 2009 el déficit por cuenta corriente se redujo sustancialmente con respecto al primer semestre de 2008, tanto en términos absolutos como en porcentaje del PIB. Así, mientras en el primer semestre del año pasado el déficit por cuenta corriente fue 58.848 millones de euros (10,1% del PIB), en el 1er semestre de 2009 alcanzó 34.072 millones de euros (6,47% del PIB). Con la crisis el déficit exterior se reduce. Esta disminución se debió principalmente a la corrección parcial del saldo negativo de la balanza comercial. El déficit acumulado de la balanza comercial en el período enero-junio de 2009 se situó en 21.820,1 millones de euros (48.109,4 millones en el mismo período del año anterior). Esta evolución tuvo lugar en un contexto de notable contracción de los flujos comerciales, con un descenso tanto de las exportaciones como, especialmente, de las importaciones (20,9% y 31,8% en tasa interanual, respectivamente), y de reducción del déficit de los productos tanto energéticos como, sobre todo, no energéticos.

Aunque se reduzca este déficit exterior de España, sigue siendo muy grande. Se trata del déficit exterior (con respecto al PIB) más alto del mundo (si consideramos solo a los países de tamaño grande y medio). ¿A qué se debe un déficit exterior tan elevado? Se debe, en primer lugar al  déficit comercial que en el primer semestre fue 21.820 millones de euros (compramos bastantes más bienes en el extranjero de los que vendemos). En segundo lugar, al déficit de la balanza de rentas (17.337) y, por último, al déficit de la balanza de transferencias corrientes (5.585). Tendremos que esperar 30 días para que el Banco de España, con ese retraso en la publicación de estadísticas que le caracteriza, desglose las transferencias y sepamos cómo evolucionan las remesas de emigrantes.

Elevado endeudamiento con respecto al resto del mundo

El déficit por cuenta corriente que desde hace 11 años sufre España está muy relacionado con la persistente pérdida de competitividad de la economía española y que desde enero de 1999 ha sido más de un 15%. Además, al comprar en el exterior más de lo que vendemos, necesitamos endeudarnos con el resto del mundo. Para financiar el déficit exterior España está apelando a los mercados financieros internacionales, es decir, endeudándose con el exterior. Esta necesidad de financiación es problemática en momentos de restricción del crédito como el actual. Ahora las economías más vulnerables son aquellas que, como España, dependen más de la financiación internacional. De ahí que, para que los bonos (deuda) que emite la banca para financiarse en el exterior puedan ser colocados en los mercados internacionales el Estado Español esté avalando dichas emisiones. Pero España está pagando y tendrá que seguir pagando en el futuro todas esas deudas generadas (acumuladas), durante los últimos años. Se trata de un continuo aumento de la posición deudora con respecto al resto del mundo ya que, según la ecuación macroeconómica de una economía abierta, los déficit por cuenta corriente son iguales al aumento de la necesidad de financiación procedente del exterior.

¿Se puede reducir el déficit exterior?

En estas circunstancias de escasez de crédito, es decir, de financiación difícil y costosa, es más necesario que nunca 1) atraer inversión extranjera que permita financiar de forma más fácil y barata el elevado déficit exterior y 2) mejorar la competitividad de la economía española para reducir el déficit externo. Aunque parezca muy simple, solo hay dos maneras de reducir el déficit: importando menos o exportando más. Importar menos se puede conseguir con medidas proteccionistas. Como se ha indicado en este blog en repetidas ocasiones el proteccionismo es una muy mala solución. Sólo nos queda aumentar las exportaciones lo cual resulta complicado en un contexto de caída brutal del comercio mundial (-11% para este año 2009). Por tanto, el aumento de las exportaciones pasa por la mejora de la competitividad que sólo es posible a través de estímulo a la competencia que a su vez se puede conseguir con las denominadas reformas estructurales que permitan una mayor movilidad de los factores productivos y mayor flexibilidad de la economía

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