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Ene

¿Para qué privatizar?

Escrito el 21 enero 2009 por en Diccionario de Economía

Hoy hemos discutido en clase las ventajas de las privatizaciones. Escribo estas líneas, a modo de apuntes de clase, por si al lector le pueden resultar útiles.

Definición de privatización

Antes de señalar los motivos, parece conveniente definir qué es una Privatización. Se puede definir privatización como la transferencia total o parcial al sector privado de la propiedad de una empresa pública. En muchos casos la privatización supone la pérdida de influencia del Sector Público en la empresa de que se privatiza.


La necesidad de privatizar se fundamenta principalmente en. a) mejorar la competitividad de la Economía del país y b) la necesidad del Sector Público de obtener recursos para reducir sus niveles de endeudamiento.

Desde mi punto de vista privatizar es bueno, primero porque no es función del Estado ser empresario; y segundo, porque se crea más riqueza, se innova más, se satisfacen mejor las necesidades del mercado, y en definitiva, se crean más puestos de trabajo y más sólidos cuando es la iniciativa privada la que gestiona las empresas. Desde este punto de vista parece claro que la privatización de las empresas públicas previa liberalización de los sectores afectados, mejorará la competitividad de la economía de un país y ayudará a la mejora de las variables macroeconómicas claves como el paro o la inflación.

Los objetivos para privatizar son:

1) Desregular la economía, con el fin de iniciar o incrementar la competencia en determinados sectores (telecomunicaciones, aeropuertos, transporte ferroviario, eléctrico, tabaco, hidrocarburos, siderurgia, minería…). De esta forma se intenta conseguir que el mercado estimule la economía, permitiendo un mayor crecimiento económico. Los menores costes provocados por la mayor competencia incrementarán la productividad y la eficacia de las actividades empresariales, mejorarán la calidad y diversificarán la oferta de bienes y servicios. Por tanto, las privatizaciones pueden generar fuertes incrementos de la producción y de la productividad en los sectores y empresas públicas monopolizadas por el Estado, introduciendo incentivos para invertir y producir más y mejor, como consecuencia de la competencia. Ello va a suponer una mejora para los consumidores, que podrían disfrutar de más y mejores bienes y servicios.

2) Reducir las distorsiones económicas provocadas por las interferencias políticas que habitualmente se producen en el Sector Público Empresarial. Se trata, en definitiva, de evitar la politización de nombramientos de presidentes, consejeros y directivos que se suelen producir en las empresas públicas. Es decir, se elimina la posibilidad de que las empresas sustituyan su «objetivo natural» (maximización de beneficios) por el objetivo «político» de «colocar a los suyos» o la maximización del número de votos para el partido político del Gobierno. Se puede demostrar que en mercados competitivos o adecuadamente regulados (en el caso de «fallos de mercado») la maximización del beneficio supone, al mismo tiempo, la máxima eficiencia.

3) Reducir Deuda Pública. Desde mi punto de vista, los ingresos por privatizaciones no deben ser dirigidos a disminuir el Déficit Público. Esta opinión se apoya en la lógica económica de la contabilidad. La venta de un activo (privatización de una empresa pública) debe ir, en ortodoxia contable, a reducir pasivos (deuda pública) y no a aumentar los ingresos corrientes.

4) Las privatizaciones no sólo contribuyen a disminuir parte de la deuda pública, sino que también reducen el déficit público al quedar eliminados los déficits operativos (subvenciones) que las empresas públicas con pérdidas suponen para las arcas del Estado. Si, además, y tal como se ha demostrado, las empresas una vez privatizadas realizan una mejor gestión empresarial, se podrán cobrar mayores impuestos por los beneficios mayores que generan. Con la transferencia y prestación de servicios por parte de empresas con capital privado, los ingresos del Estado serán previsiblemente mayores, en forma de impuestos. En este sentido, las privatizaciones no suponen sólo un ingreso puntual en el erario público como fruto de una venta.

Pero además de ingresos fiscales directos, las privatizaciones generan ingresos indirectos, ya que estimulan un flujo sostenido de riqueza suplementaria. Este efecto se realiza de tres maneras: En primer lugar, la privatización indica que un país desea crear un clima propicio a la inversión, lo cual atrae a su vez más inversiones; en segundo lugar, numerosas privatizaciones engendran inversiones destinadas a modernizar la instalación y los equipos de las empresas adquiridas; en tercer lugar, la privatización mejora a menudo la oferta de servicios básicos, tanto en calidad como en cantidad, lo que aumenta la rentabilidad del conjunto de la Economía y atrae más inversores aún. Este efecto catalizador de las privatizaciones va a permitir aumentar la actividad económica y, por tanto, los ingresos fiscales.

5) Desarrollar los mercados de capitales nacionales. En muchos países con una bolsa relativamente estrecha, las privatizaciones han aumentado la capitalización bursátil. Contribuye a desarrollar los mercados de capitales nacionales y locales y mayor participación de los inversores institucionales. Todo ello permite mayores tasas de ahorro y de crecimiento de la Economía. Se está contribuyendo, a la vez, a mejorar la cultura financiera del inversor particular. El ahorrador acostumbrado a obtener elevadas tasas de interés reales, a través de una inversión » sin riesgo» en activos públicos de renta fija, se va convirtiendo en un inversor que busca mayores rentabilidades. El aumento de la demanda de títulos de renta variable, que genera un programa de privatizaciones, amplía, además, la oportunidad de salir a Bolsa a otras empresas. Aumentando la capacidad de inversión de la Economía, y por tanto, de crecimiento.

6) Las privatizaciones pueden permitir extender el universo de población propietaria de acciones (lo que Margaret Thatcher denominaba capitalismo popular) y aumentar la participación de los empleados en la propiedad de la empresa. En este sentido, las privatizaciones no pueden ser simplemente un negocio entre el Estado, los sindicatos y los grandes grupos empresariales. Hay que aprovechar la oportunidad que dan las privatizaciones para que muchos ciudadanos se vuelvan dueños (aunque sea en forma mínima) de las empresas que constituyen su entorno.

7) Entrada de capitales extranjeros. La inversión extranjera resulta atractiva porque los Estados reciben más impuestos y se benefician de los bienes y servicios que producen, además, las multinacionales compiten en la búsqueda de personal cualificado, lo que eleva el nivel de los salarios y anima a los trabajadores a mejorar su formación.

Se me olvidaba. Privatizar tiene sentido si los ingresos obtenidos por el Estado por la venta de la empresa pública son iguales (o mayores) que el valor de los flujos futuros de caja de la empresa descontado a su valor actual. Y, en principio, los compradores de la empresa pública sólo estarán dispuestos a pagar ese precio igual o mayor si esperan que el cambio de propiedad se traduzca en una gestión más eficiente de la empresa. Evidentemente, no se trata de privatizar para hacer caja, sino de modernizar el tejido productivo y mejorar la eficiencia empresarial.

¿Se te ocurre alguna otra ventaja? ¿Cuales son los incovenientes?

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