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Dic

El Banco Central Europeo (BCE) decidirá probablemente hoy, a las 2 de la tarde, bajar en 0,75% el tipo de interés de intervención, dejándolo en el 2,5%. Será una bajada histórica, desde 3,25% al 2,5%, ya que el BCE nunca antes había hecho una reducción tan fuerte de tipos. Recordaréis que en octubre y noviembre se hicieron 2 bajadas de 0,50% cada una dejando atrás la escrupulosa preocupación por las presiones inflacionistas que en julio había provocado una subida de tipos de 0,25% ya entonces difícil de explicar. La recesión económica global y el consiguiente desplome de los precios de las materias primas (el petróleo cotizaba ayer a 50 dólares frente a los 140 de antes del verano), han dado un giro radical a las prioridades de la política monetaria, como bien atestiguan otros movimientos a la baja de otros bancos centrales.


La deflación

El riesgo inflacionista se ha convertido en algo mucho peor: riesgo de deflación. Y es que la inflación de la zona euro, situada ahora en el 2,1%, podría llegar a descender en los próximos meses por debajo del 1%. Si a esta situación se añade el detalle de que el crédito a empresas y consumidores y la financiación interbancaria se encuentra bastante cortado parece que ha llegado la hora de abrir más el grifo monetario.

Pienso, por tanto, que la rebaja de los tipos de interés que hará hoy el BCE tendrá efecto positivo sobre la economía europea, porque la Eurozona está sufriendo una recesión generada en parte por una insuficiencia de demanda agregada por lo que existe, por tanto, capacidad productiva ociosa. Y como parece que estas bajadas del precio del dinero se están trasladando al EURÍBOR podría dar como resultado el fomento de la inversión y del consumo privado al disponer empresas y familias de menos costes financieros y de préstamos y créditos más baratos. Si eso fuese así se conseguiría el deseado aumento del PIB y del empleo.

¿Seguirán subiendo las bolsas?

Además tasas de interés más bajas al hacer menos atractiva la renta fija y más atractiva la renta variable podría ayudar a la recuperación de las Bolsas al desplazarse los ahorradores desde renta fija a renta variable y mejorando, a través del efecto riqueza, las expectativas económicas de empresas y familias. Como ves querido lector el que no se consuela es porque no quiere.

Pero la de hoy no será la última bajada de tipos. La gravedad d la crisis augura que a mediados del año que viene los tipos podrían estar en el 1,5%. Los que tenemos hipotecas, indiciadas con el EURIBOR, deberíamos alegrarnos.

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