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Déficit exterior del primer semestre: 10,65% del PIB

Los datos publicados ayer por el Banco de España sobre la balanza de pagos en el primer trimestre de este año señalan que el déficit por cuenta corriente aumenta. El déficit por cuenta corriente de España (déficit con el exterior) en el primer semestre de 2008 arroja un saldo negativo de 58.615,4 millones de euros, frente a los 51.000,8 millones en el mismo período de 2007. El déficit corriente representa un aumento del 15% con respecto al mismo semestre del año pasado. Es el más alto del mundo en términos absolutos después del de Estados Unidos.


Se reduce el déficit exterior

El lado positivo es que este déficit por cuenta corriente del primer semestre en porcentaje del PIB, 10,65%, es algo inferior al 12,1% del primer trimestre de este año. Un segundo aspecto positivo es que el déficit por cuenta corriente en el primer trimestre de 2008 arrojó un saldo negativo de 32.552 millones de euros mientras que en el segundo trimestre de este año el défict fue menor: 26.063 millones de euros.

¿Qué significa este desequilibrio exterior?

Es un síntoma de pérdida de competitividad de nuestra economía. ¿Qué factores nos han llevado a esta situación de deterioro? 1) Carecer de una política propia de tipo de cambio que nos impide devaluar y 2) Nuestra mayor inflación que hace nuestras exportaciones más caras y nuestras importaciones más baratas.

El persistente déficit por cuenta corriente que desde hace 10 años asola España se encuadra en la pérdida de competitividad, que desde enero de 1999 ha sido un 15%. Además, al comprar en el exterior más de lo que vendemos, necesitamos endeudarnos con el resto del mundo. Ante la ausencia de una política de tipo de cambio, el equilibrio exterior y la mejora de la competitividad sólo son posibles a través de la estabilidad de precios, estímulo a la competencia y reformas estructurales que permitan una mayor movilidad de los factores productivos y mayor flexibilidad de la economía.

Además, en estas circunstancias de escasez de crédito, es decir, de financiación difícil y cara, es más necesario que nunca atraer inversión extranjera que permita financiar de forma más fácil y barata el elevado déficit exterior. Por otro lado, e íntimamente unido a lo anterior, se precisa mejorar la competitividad de la economía española para reducir el déficit externo.