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Abr

Tal como escribí ayer, en este blog de economía (¿Por que se reducen las remesas de los emigrantes?), a finales de 2007 se han empezado a reducir las remesas que envían los emigrantes ubicados en España. Y esto es una mala señal para los países de origen de la inmigración porque España es, por encima de Alemania, Francia y Reino Unido, el país de Europa cuyos inmigrantes envían más remesas a sus países de origen.


Tanto la población inmigrante como las remesas que ésta manda a sus países de origen desde España han aumentado de manera considerable entre 1990 y 2007, siendo mayor el ritmo de crecimiento de las remesas que el de entrada de inmigrantes. Según datos del Banco de España, en 2006 los inmigrantes residentes enviaron 6.250 millones de euros en remesas, un incremento de más del 35% respecto a 2005. Y tal como decíamos ayer en el 2007, las remesas migratorias enviadas desde España batieron todos los record: 8.135 millones de euros, un 30% más que en 2006 y un 0,8% del PIB.

Como decía Álvaro en su comentario de ayer al post ¿Por que se reducen las remesas de los emigrantes? las remesas que envían los inmigrantes a sus familiares constituyen una importante fuente de financiación en divisas para los países de origen. Son países que tienen grandes necesidades de importación de tecnología, maquinaria y energía y, por tanto, de divisas. Los beneficios económicos de las remesas son evidentes: estos fondos han servido para que muchas familias hayan podido salir adelante. Hay inmigrantes que con ese dinero se compraron, en su país de origen, una casa o montan sus pequeños negocios dándole al país un aire de iniciativa y de crecimiento a través de la pequeña y mediana empresas.

Existen, sin embargo, como decía ayer Gonzalo, costes sociales, asociados a las remesas. El problema más estudiado es el del comportamiento que se produce a veces en los hijos de los inmigrantes que se han quedado en el país de origen. Una especie de ‘huérfanos’ que se benefician de las remesas y que, por tanto, no necesitan trabajar. Desgraciadamente, en estos casos, las remesas se comportan como otro tipo de ayudas y en vez de ayudar perjudican ya que impiden que los que las reciben puedan obtener el dinero trabajando. De esta forma, existe la tentación de que los receptores se hagan rentistas. De ahí que las remesas deberían ir por el camino de ayudar al desarrollo y no a entorpecerlo.

¿Qué permite a las familias obtener mayores niveles de renta a largo plazo? ¿Cuál debe ser el principal destino de las remesas? Deberían ser el ahorro, la educación, salud, vivienda y a la creación de empresas. Pero sobretodo la educación que les permitirá acrecentar sus habilidades y conocimientos y por tanto ganar en competencia, encontrar empleos mejor remunerados y ser capaces de ofrecer altos niveles de productividad laboral. La historia del desarrollo económico demuestra que la única riqueza duradera es la que deriva del trabajo. De ahí que las remesas deban apoyar la productividad del que las recibe.

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