16
Ene

Hoy miércoles la bolsa española sigue cayendo. Nada más abrir cayó un 1%. Algunos economistas sostienen que los mercados de valores se anticipan a la evolución futura de la economía. Ello se debe a que los precios a los que se negocian las acciones en las bolsas de valores reflejan la opinión del público sobre la futura rentabilidad de las empresas de un país. Cuando la gente se muestra optimista sobre el futuro de las empresas, eleva la demanda de acciones y, por lo tanto, presiona al alza su precio. En cambio, cuando espera que las empresas obtengan pocos beneficios o incluso experimenten pérdidas, el precio de las acciones baja.

En España el Ibex 35 ha caído en quince días, es decir en lo que va de año, un 9%; casi nada. Parece que la bolsa está enviando una señal: La economía española se encamina a un enfriamiento mayor del previsto hasta ahora por los analistas. Los mercados están descontando que habrá un ajuste mayor del previsto en el nivel de actividad que muy posiblemente convivirá con un paro mayor. Esperemos que no tengamos que sufrir además una alta e incómoda tasa de inflación. De ser así se podría iniciar ese fenómeno al que los economistas denominan estanflación. Los retrocesos de la bolsa durante este año y especialmente la de ayer martes, la mayor caída en estos cinco últimos meses, un 3,37%, muestran que, a juicio de analistas e inversores, esa posibilidad crece día tras día.

El dato que acrecentó ayer los temores y las caídas ha sido la confirmación de la elevada inflación española y la mala situación de las empresas más ligadas al consumo. El presidente Zapatero, intenta contrarrestar las preocupaciones de los inversores al asegurar que la economía española es sólida. Sin embargo, el Financial Times ha dicho que parece difícil que España pueda evitar una corrección severa de su economía. El INE publicó ayer que la inflación repuntó en diciembre a la tasa más elevada desde enero de 2006, los precios de la vivienda están cayendo y el desempleo crece. La estanflación solo ha asomado las orejas. Hay que esperar y desear que no aparezca en escena. No se debe olvidar que la estanflación suele ser un potente cóctel de riesgos económicos. Los mercados, con esa falta de patriotismo que los caracteriza, han olido algo, se han dado cuenta y están propiciando las ventas; como consecuencia la bolsa baja.

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