15
Dic

Al hilo de lo que dice José Ramón Díez en el post anterior, voy a comentar los datos publicados ayer por el Banco de España sobre la balanza de pagos española. El déficit por cuenta corriente de España (déficit con el exterior), en los nueve primeros meses de este año, alcanzó 75.486 millones de euros, frente a 63.601 millones en el mismo período de 2006; es decir, un aumento del 19%. Este déficit equivale al 9,8% del PIB ya que el PIB en los tres primeros trimestres de este año fue de 771.084 millones de euros. Se trata del déficit exterior más alto del mundo en términos relativos al PIB (si consideramos solo a los países de tamaño grande y medio).

¿A qué se debe un déficit exterior tan elevado? El enorme déficit exterior de España se debe, en primer lugar al elevado déficit comercial (compramos más bienes en el extranjero de los que vendemos). Un aspecto que puede agravar todavía más esta situación es que estamos aumentando nuestro diferencial de inflación con la Eurozona, situado ahora en el 1% (3,1% la Eurozona y 4,1% España, la más alta de la Eurozona si excluimos a Eslovenia). En segundo lugar, al déficit de la balanza de rentas y, por último, al déficit de la balanza de transferencias corrientes.


La pregunta clave es si es sostenible o no el déficit exterior. Es sabido que para financiar el déficit exterior España está apelando a los mercados financieros internacionales, endeudándose. Hasta ahora existía un cierto acuerdo de que gracias a estar en el euro había una gran facilidad para obtener financiación en el exterior. Sin embargo, esta necesidad de financiación puede ser más problemática en momentos de restricción del crédito como el actual. Ahora las economías más vulnerables son aquellas que dependen más de la financiación internacional. Como consecuencia algunos economistas ven indicios de que el panorama está cambiando hacia una desaceleración mayor de la economía de la que predice el gobierno. Esto supondría uno o dos años de bajo crecimiento para España. Ello favorecería la necesaria disminución de las importaciones y mayor equilibrio con el exterior.

Los españoles hemos comprado bienes de consumo importados, bienes de equipo y casas utilizando dinero prestado por los extranjeros. Los financiadores de otros países han confiado en que las empresas, bancos y familias españolas devolverán esos créditos. Los economistas llevamos algún tiempo insinuando que algún día España tendrá que pagar las deudas y dejar de depender tanto del crédito de otros países ¿Conseguiremos reducir nuestro déficit exterior y, por tanto, las necesidades de financiación o por el contrario seguirán aumentando?

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