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Principios de Economía de Gregory Mankiw

Mañana sale a la venta la traducción al castellano de la 4ª edición de “Principios de Economía” de Gregory Mankiw. Mankiw es Profesor de la Universidad de Harvard y ex-asesor económico de la Casa Blanca, es conocido por ser autor de dos libros muy populares entre los estudiantes de economía, “Principios de Economía” y “Macroeconomía” de los que ha vendido millones de ejemplares. El primero de ellos “Principios de Economía” es uno de los exigidos en muchas universidades y escuelas de negocios del mundo, rivalizando con otros como el clásico de Paul Samuelson a quien durante décadas nadie ha retirado como libro de texto de las más prestigiosas universidades.


En la primera edición (1998) de “Principios de Economía” de Gregory Mankiw se podía observar una tendencia claramente maltusiana. [1] En la segunda edición (2002) se produjo un cambio seguía siendo un poco maltusiano pero introdujo un apartado explicando porque Thomas Malthus erró en sus predicciones. De la lectura de esta segunda edición del libro de Mankiw se puede deducir que era un poco menos maltusiano que en la primera. La tercera (2004) y también la cuarta edición (2007, que sale mañana en castellano) [2] tienen más rasgos natalistas que maltusianos (que también los tiene).

Voy a contar una anécdota. Un día pregunté en clase a mis alumnos por qué creían ellos que se había producido esta conversión de Mankiw hacia el natalismo. Uno de los alumnos le puso un correo a Mankiw y se lo preguntó. La respuesta que dio Mankiw en un mail a este alumno mío, que le hizo esa pregunta, fue la siguiente: “Mi mujer y yo estamos a punto de realizar un acto que algunos definirían como socialmente irresponsable: al final del verano, vendrá al mundo nuestro tercer hijo. Un tercer hijo significa, por supuesto, que mi mujer y yo estamos contribuyendo a la expansión demográfica del planeta; y para algunas personas esta decisión resulta contraproducente. Hace dos siglos, Thomas Malthus argumentó que una población que no dejase de crecer haría que la sociedad se estancase a la hora de producir bienes y servicios. Como resultado, el hombre estaba condenado a vivir siempre en la pobreza. Afortunadamente, Malthus estaba bastante equivocado. Aunque la población mundial ha aumentado seis veces con respecto a la de hace un par de siglos, los niveles de vida son mucho mayores. La razón es que el aumento de los conocimientos, nuevas tecnologías, ideas, etc., es mucho mayor que el de la población.

Las nuevas ideas (que mejoran la producción e incluso los bienes que deben de ser producidos) nos han llevado a una época de prosperidad mayor de la que Malthus (o cualquiera de sus coetáneos) pudieran haber imaginado. Como procreador, finalizaba Mankiw su carta, no pido disculpas. Cuando le dé a Peter Mankiw la bienvenida a este mundo lo haré sin ningún tipo de remordimiento. No garantizo que él sea el que descubra la cura para el cáncer, o que descubra una solución para el calentamiento de la tierra, pero siempre hay una oportunidad de que así sea. Y es en esta oportunidad donde radica la esperanza de nuestra especie”. Como ves muy en la línea de lo que decíamos en este blog el 17 de febrero en un post titulado «Los maltusianos (2)» [3].